Convertirse al bien, pide la Iglesia a narcos

Nacional
/ 3 marzo 2016

El arzobispo de la Arquidiócesis del Bajío, José Guadalupe Martín Rábago, pide dejar de seducir con la droga a la población, así como a los gobernantes corruptos que distorsionan el establecimiento de la justicia

A unos días de la muerte de Arturo Beltrán Leyva, "El Jefe de Jefes", presunto líder del cártel de Sinaloa, exhibido con imágenes religiosas, la Iglesia católica lamentó el que las autoridades militares hayan colocado los símbolos de fe sobre el cadáver.

"Todo está muy mal, muy mal", dijo el arzobispo de la Arquidiócesis del Bajío, José Guadalupe Martín Rábago.

Desde el púlpito de la Catedral Basílica, en un mensaje dirigido feligreses y televidentes, el prelado urgió a la conversión al bien a los narcotraficantes y a dejar de seducir con la droga a la población, así como a los gobernantes corruptos que distorsionan el establecimiento de la justicia.

"De manera especial, hay que decirlo con franqueza, urge la conversión de quienes han hecho de la droga un ídolo que seduce. Lo decimos hacia los productores, traficantes y comercializadores de este veneno.

"Cristo, si creen en él, les dice: su comportamiento sólo siembra destrucción, sufrimiento y muerte", enfatizó el Arzobispo en su mensaje navideño.

Rábago destacó que la violencia no se resolverá sólo con el uso de la fuerza (policial), al retomar las reflexiones hechas por los obispos de todo el país en la reciente reunión de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

"Nuestros problemas no se superarán, dijimos los obispos, sólo con la fuerza que controla e inhibe temporalmente la violencia, pero nunca la supera.

"La solución a nuestros graves problemas de violencia requiere una conversión radical en los criterios de vida, en la forma de pensar, pero sobre todo en la forma de actuar", puntualizó el clérigo.

El Arzobispo condenó la actividad criminal y la participación de la autoridad gubernamental en esa tarea.

"En la malicia está la raíz de nuestros males", dijo.

"No están al servicio de la obra reconciliadora de Cristo quienes ejercen una autoridad que facilitan la corrupción, el caos social, quienes permiten la simulación y distorsionan el establecimiento de la justicia. No puede haber razones que justifiquen su comportamiento", señaló.

El jerarca de la Iglesia católica expresó tristeza por los escenarios violentos y las ejecuciones derivadas del crimen organizado, en las vísperas de los festejos por el "Nacimiento de Jesús".

"Ante la gravedad de los retos queremos mostrarnos animados por una inquebrantable esperanza cristiana, queremos hacer una pública declaración de confianza en Dios, queremos aparecer irradiando la serena alegría de los verdaderos discípulos de Cristo.

"Navidad es un tiempo oportuno para serenarnos y para buscar, desde la esperanza que nos ofrece Cristo nuestra paz, caminos de solución, en lugar de perder el tiempo en inútiles lamentos y en rencores estériles.

"Navidad es invitación a comprometernos con decisión y a la luz del Evangelio en la superación de toda discriminación social, es disponibilidad para el trabajo a favor dela reconciliación por los caminos de la justicia, Navidad es también tiempo de una serena alegría, en ambiente de familia", aseveró.

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