AMLO en 100 días: pleitos con SCJN, expresidentes y titular de la CRE
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El fenómeno no es nuevo pues a fin de cuentas todo mandatario confronta sus puntos de vista; lo inédito es el tono y las maneras, aunque expertos y analistas ya habían advertido que tarde que temprano el tabasqueño abriría “trincheras” tal y como lo había hecho a lo largo de los muchos años en la oposición.
En 100 días al frente del Gobierno Federal, Andrés Manuel López Obrador no ha evitado confrontarse con personajes e instancias que ven afectados sus intereses o no están de acuerdo con sus acciones y sus políticas.
El fenómeno no es nuevo pues a fin de cuentas todo mandatario confronta sus puntos de vista; lo inédito es el tono y las maneras, aunque expertos y analistas ya habían advertido que tarde que temprano el tabasqueño abriría “trincheras” tal y como lo había hecho a lo largo de los muchos años en la oposición.
Nadie debería sentirse engañado ante el carácter del personaje político por todos conocido.
Es de resaltar los “enfrentamientos” directos que ha sostenido con los expresidentes a través de expediente que él mismo ha abierto al tiempo que ellos reaccionan a sus dichos y decisiones; no en balde, López Obrador enfrenta una doble condición inédita: es el primer mandatario que no tiene antecesor o sucesor de su mismo partido, además de convivir con seis extitulares vivos del Ejecutivo, lo que no sucedía en rigor desde los tiempos de Miguel Alemán o Adolfo López Mateos.
El inicio del mandato lo puso “en el ring” de la discusión con Luis María Aguilar, entonces ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y magistrados: las presiones por la reducción de salarios y gastos en el Poder Judicialtensaba la relación. El tema es aún vigente pues no terminan de desahogarse los miles de amparos interpuestos contra la Ley de Remuneraciones.
El otro frente de batalla en diciembre de 2018 se abrió al detectarse que en su proyecto para derogar la Reforma Educativa, no incluyó el término: “autonomía universitaria” lo que encendió focos rojos en todas las instituciones educativa de nivel superior que tienen dicha condición. El presidente tuvo que reconocer que se trató de una omisión involuntaria que debía corregirse.
La guerra contra el robo de combustible o huachicoleo le hizo romper lanzas con el expresidente panista, Vicente Fox, reabriendo en parte las cicatrices entre ambos personajes por el caso del desafuero de 2006. López Obrador señaló que en 2004 el entonces Ejecutivo quitó un artículo transitorio del Presupuesto de Egresos que habría controlado dicho ilícito. Desde entonces el guanajuatense es la voz opositoramás frecuente contra el mandatario.
Febrero inició con los señalamientos sobre la “inmoralidad” de expresidentes y exfuncionarios que después de su labor en el servicio público se sumaron a la iniciativa privada; en particular una serie concreta de personajes que habría afectado al sector eléctrico, colocando como principal “villano” al expresidente Felipe Calderón por ser consejero en Avangrid.
En esas semanas, el titular de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), Guillermo García Alcocer estuvo en el centro de la polémica al ser cuestionado de supuesto conflicto de interés, lo que pondría en entredicho la autonomía del órgano que encabeza. Tuvo que salir en dos ocasiones en conferencia de prensa y hasta acudir a una audiencia con el jefe del Ejecutivo para establecer un control de daños a su persona y a su labor.
El presidente ha sostenido en diversas ocasiones que no busca la venganza ni la confrontación, y en el afán de “serenar al país” evita en rigor las confrontaciones políticas. Pero en su objetivo de lograr la “Cuarta Transformación” sus medidas y sus dichos de manera inevitable despiertan conflictos de diversos grados: los primeros 100 días de gobierno nos dan una luz para lo que resta.
