Consulta popular por NAIM 'debería suspenderse': José Woldenberg

Nacional
/ 23 octubre 2018

En su columna en el diario El Universal el sociólogo expone que no se cumplen los requisitos para ser considerada una 'consulta auténtica'

José Woldenberg, doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de México, expone en una columna publicada por el diario de circulación nacional El Universal, las razones por las cuales la consulta sobre el futuro del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México podría no ser considerada una 'consulta auténtica'. 

El próximo jueves 25 de octubre se definiría el futuro del proyecto al ser sometido a una consulta nacional en la que participarán todos los mexicanos mayores de 18 años. 

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Se prevé que las mil 73 mesas que instalará el equipo de transición de Andrés Manuel López Obrador, presidente electo, cierren el domingo 28 de octubre. 

Woldberg señala que este ejercicio emitiría señales 'más que preocupantes', ya que: 

"Primero. Se evita cumplir con la normatividad que la Constitución y la ley instituyen para ese tipo de consultas. La Constitución establece quiénes pueden convocarlas, restricciones temáticas, la Corte debe resolver sobre la constitucionalidad de la materia y el Congreso emitir la convocatoria. El INE es el encargado de realizarlas y deben celebrarse el día de la elección federal. Y solo si participa por lo menos el 40 por ciento de los electores inscritos en la lista nominal tendría carácter “vinculante”. Es decir, contamos con una normatividad —si se quiere barroca— para que dichas consultas resulten legítimas y legales. No pueden ser caprichosas ni en los términos que se le ocurran al convocante. Deben de llenar una serie de requisitos para proteger a los ciudadanos de eventuales abusos de los gobernantes y pasar por un proceso de certificación para hacerlas genuinas. Son formalidades, pero formalidades con sentido que intentan fijar reglas que ofrezcan certidumbre, transparencia, pertinencia y legalidad. Y realizarla unos cuantos días antes de la toma de posesión invita a pensar que se hace así precisamente para no cumplir con las obligaciones constitucionales y legales.

Segundo. No llena ninguno de los requisitos para ser considerada como una consulta auténtica. Se cercena de inicio a millones de mexicanos que no podrán votar. Se instalarán solamente 1073 casillas (en las elecciones federales constitucionales se colocan 150 mil) en 538 municipios. Y ninguno de los mecanismos que se utilizan para ofrecer garantías de certeza e imparcialidad en nuestros comicios será utilizado (bueno, los votantes tendrán que presentar su credencial de elector y será supervisada por académicos y agrupaciones cercanos a los propios organizadores).

Tercero. Una cierta retórica en boga tiende a sobrevalorar los mecanismos de democracia directa, pero en efecto, pueden llegar a ser un complemento efectivo de la democracia representativa, multiplicando la participación e inyectando un mayor sentido al ejercicio del voto, como sucede en los comicios estadounidenses que son acompañados de diversas consultas. No obstante, realizarla de manera informe, sin un marco legal, sin mecanismos que garanticen su limpieza, puede acabar por desvirtuar la idea misma de una venturosa fórmula de democracia directa. Puede trocarse en un búmeran.

Cuarto. Se puede convertir en un precedente ominoso. Una fórmula “alegal”, diseñada a voluntad de los convocantes, sin garantías de integridad, equidad, transparencia. Solemos despreciar las formas. Más aún las formas legales. Pero es necesario insistir que en la —por muchos momentos— tensa relación entre ciudadanos y autoridades, solo las normas legales pueden proteger al débil frente al fuerte, al gobernado frente al gobernante, al ciudadano frente al funcionario. Y hacerlas a un lado, actuar como si no existieran, no puede presagiar nada bueno. Ojalá rectificaran."

Este es el mapa interactivo que indica dónde votar en Saltillo. 

 

Las mesas abrirán a las 8 de la mañana y cerrarán a las 6 de la tarde del 25 al 28 de octubre. 

La pregunta de la consulta es: ¿Cuál opción piensa usted que sea la mejor para el país?

Las opciones que tiene el ciudadano son: 

- Reacondicionar el actual aeropuerto de Ciudad de México y el de Toluca y construir dos pistas en la base aérea de Santa Lucía. 

- Continuar con la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco y dejar de usar el actual Aeropuerto Internacional de Ciudad de México.

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