Feminicidios, cada vez más violentos en Puebla
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En Puebla, el machismo es la principal causa de estos crímenes.
Puebla.- Su bebé medía dos centímetros y medio en su vientre. Con 25 años de edad, Samaí Alejandra Márquez Salgado tenía dos meses de embarazo.La joven mujer, de rostro angelical, sostenía —según refieren las autoridades— una relación de noviazgo con Rafael, un hombre casado.
El miércoles 17 de febrero se ausentó de su domicilio y dejó de contestar su teléfono celular. Sus familiares, un día después, tras realizar una intensa búsqueda con amigos y conocidos, se presentaron en la agencia del Ministerio Público para denunciar su desaparición.
Para el sábado, las autoridades recibieron un llamado en el que se notificaba la aparición del cadáver de una mujer en las inmediaciones de la Presa de Valsequillo. La joven presentaba varios golpes en el rostro y un impacto de bala en la cabeza. Se trataba de Samaí Alejandra.
La Fiscalía General del Estado de Puebla inició la averiguación previa 17/2016/AEHOM y determinó que el novio de la muchacha, Rafael, “al enterarse de que la mujer contaba con varias semanas de embarazo, decidió quitarle la vida”.
La historia de Samaí Alejandra no fue la única con un final similar. No obstante, fue el caso que más impactó a la sociedad poblana. Y entonces la muerte de mujeres en Puebla encendió las alarmas.
Aunque hay una danza de cifras que no coinciden, tanto de autoridades como de organizaciones no gubernamentales, lo cierto es que el número de crímenes violentos contra mujeres aumentó de manera “alarmante”.
El Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos AC (Odesyr) califica como “precupante” la forma más violenta en que se cometen los femincidios y que, explican, se refleja en el cuerpo de las víctimas con señales de tortura, violencia sexual y, en algunos casos, también mutilaciones.
Los recuentos periodísticos de enero, febrero y lo que va de marzo dan cuenta de al menos 17 crímenes en los que se incluyen, por ejemplo, el asesinato de una mujer de 70 años, habitante del municipio de Cuautlancingo, quien recibió un impacto de bala en la cabeza; pero también el emblemático asesinato de Samaí.
En la mayoría de las historias hay un común denominador: los crímenes los cometen sus parejas sentimentales por celos, rompimiento de relaciones o embarazos.
Organizaciones no gubernamentales, instituciones de gobierno y académicos planean instalar una comisión especial para determinar si se debe emitir la Alerta de Violencia de Género en Puebla, aunque activistas consideran que lo más importante es que se implementen acciones preventivas y urgentes para combatir la violencia contra las mujeres.
El baile de cifras
La mayor incidencia de asesinatos de mujeres se registra en la ciudad de Puebla y en los municipios de Tehuacán, Tecamachalco, Atlixco, Huauchinango, San Pedro Cholula y San Andrés Cholula, según la ONG.
La Fiscalía General estatal, encabezada por Víctor Carrancá Bourget, reconoció ante diputados locales sólo 50 casos en 2015 y los dos primeros meses de 2016. De ese total, 13 son contabilizados durante el presente año.
Al rendir un informe ante el pleno del Congreso, el funcionario reveló que en 2015 ocurrieron 94 asesinatos de mujeres, de los cuales sólo 37 fueron considerados como feminicidios.
Asimismo, señaló que en los dos primeros meses de 2016 se registraron 19 asesinatos; sin embargo, aseguró que “únicamente 13 encuadran en la tipificación de feminicido”.
De acuerdo con Carrancá, de las mujeres que han muerto víctimas de feminicidio, “70% de los responsables ya están consignados”.
El Código Penal establece que comete feminicidio quien priva de la vida por odio a una mujer, por celos extremos, la mutile o haya violencia sexual, existan antecedentes de violencia, que la víctima haya sido incomunicada o su cuerpo sea expuesto en un lugar público.
Violencia extrema
“Nos parece que es muy grave… hemos hecho seguimiento hemerográfico desde 2013, año en que se tipificó el feminicidio en Puebla; hemos visto el aumento de estos casos”, afirmó la directora del Odesyr, Vianeth Rojas Arenas.
En enero y febrero de 2016 la ONG documentó 17 feminicidios en el estado, cuando en 2015 durante el mismo periodo sumaron 7 casos, lo que representa un aumento de 143%.
“Nos parece alarmante porque hay un clima de inseguridad y miedo en la población. Lo que está pasando es que cada vez son más violentos los casos, no es solamente el asesinato por robo, hay una violencia creciente y que se nota en el cuerpo de las mujeres”, agregó la activista.
En el seguimiento hemerográfico se trata de asesinatos o posibles feminicidios que salen en medios de comunicación, pero —según los estudios realizados por la organización— por cada nota, al menos hay un asesinato que no sale en periódicos o páginas web de noticias.
Para Rojas Arenas las cifras oficiales no contienen todos los casos de feminicidios por dos “sencillas” razones: acusa que una vez que en 2013 se tipificó el feminicido no hubo un protocolo de investigación, y aunque hubo una reforma en julio de 2015 para la creación de esas reglas, se dio seguimiento a los crímenes con el tipo penal anterior.