La cena en la que Lozoya y políticos mexicanos pusieron a México y a Pemex “de cabeza”
COMPARTIR
TEMAS
En una de las mesas principales estaban muy orondos David Penchyna, senador hidalguense y presidente de la Comisión de Energía,
De acuerdo con Reforma, el 5 de marzo del 2014, Emilio Lózoya hizo su discurso en la cena de gala en la CERAweek 2014, una conferencia anual que reúne en Houston, Texas, a lo más granado de ejecutivos y analistas de la industria energética del mundo.
“Permítanme saludar con respeto a la delegación de funcionarios mexicanos que está aquí con nosotros; varios secretarios, pero en particular un número significativo de congresistas a quienes quiero agradecer no sólo por su presencia sino por el tremendo apoyo que han dado al sector energético en México”, expresó.
En una de las mesas principales estaban muy orondos David Penchyna, senador hidalguense y presidente de la Comisión de Energía, junto a los panistas Francisco Domínguez, de Querétaro; Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas; el michoacano Salvador Vega, conocido como "El Gallo"; Juan Bueno Torio, de Veracruz, junto con otros funcionarios de Pemex y ejecutivos internacionales que peleaban por estar ahí con esos héroes mexicanos. Pocos sabían que varios senadores tenían otra cosa en la cabeza.
Francisco Domínguez, alterado, tomó una pequeña bandera mexicana que estaba en el centro de la mesa y la puso de cabeza con la amenaza de que así pondrían a Pemex si no les pagaban el dinero que les adeudaban por haber apoyado al Gobierno en su reforma energética.
Penchyna, trató de serenarlo a la vez que enderezó la banderita. Domínguez arrebató el adorno y lo aventó contra Penchyna, gritándole que los habían traicionado al no pagarles, y lo retó a golpes.
Froylán Gracia Galicia, brazo derecho de Lozoya en Pemex, y testigo del hecho, reseñó en su declaración ministerial ante la FGR, rendida el pasado 9 de septiembre: "Esta situación generó conmoción y alteró a las personas extranjeras que estaban sentadas en la misma mesa porque no entendían este desplante".
Gracia lo recuerda así: "compartí mesa con el legislador de Querétaro Francisco Domínguez Servién y el senador David Penchyna Groub y otros ejecutivos de empresas internacionales; durante la cena el senador Francisco Domínguez, quien se veía sumamente alterado, comenzó a reclamarme que no lo tratábamos de forma adecuada e incumplíamos los compromisos adquiridos".
El funcionario le preguntó a qué se refería, pues nunca le había llevado a ninguna empresa para pedir contratos como si lo habían hecho otros de sus compañeros.
Domínguez no se calmó. "Me contestó que o les pagábamos pronto o que tirarían la mesa de negociación, haciendo referencia a la aprobación de las leyes reglamentarias de la reforma energética, a lo que le comenté que yo no sabía nada de dinero".
Ya Emilio Lozoya en agosto había referido en su denuncia el incidente al referir que Domínguez estaba en estado de ebriedad "tomó la bandera de México y la lanzó gritando que eso era una traición porque no le cumplían con la entrega del monto pactado”.
Aunque Froylán Gracia, un ex diplomático que estuvo adscrito en la embajada de México en Washington durante el sexenio calderonista y que se convirtió en el brazo de derecho de Lozoya en la Dirección de Pemex, aporta su versión y detalla diversos incidentes de corrupción donde los panistas hacían fila para recibir dinero y favores.
"Aproximadamente, a principios del año 2014, una vez concluida y aprobada la reforma constitucional en materia energética, se comenzó con la negociación para las leyes secundarias de la misma; para esto, Pemex, por conducto de Emilio Lozoya, invitó a un grupo de legisladores integrado por los senadores Salvador Vega Casillas, Francisco Domínguez Servién (Pancho Domínguez), Francisco Javier García Cabeza de Vaca, Jorge Luis Lavalle, el diputado Juan Bueno Torio y David Penchyna Groub, como representante del PRI a una conferencia en la ciudad de Houston denominada Ceraweek".
Se trataba de una conferencia anual muy reconocida en el mundo empresarial de la energía, auspiciada por la empresa IHS Markit. México era entonces el centro de atención internacional por la anunciada apertura a la inversión privada en materia petrolera y eléctrica derivada de la reforma constitucional que movía las restricciones legales históricas que otros presidentes intentaron hacer y nunca pudieron.
El encargo era que un grupo de senadores panistas la pasaran de maravilla durante su viaje a Houston, donde habían sido invitados por el director de Pemex a la Conferencia Ceraweek 2014 a realizarse en esa ciudad texana la primera semana de marzo y donde Lozoya sería orador estelar.
Froylán Gracia Galicia sabía de eso, de cómo halagar a los invitados de su jefe. Sombra de Lozoya, solía arreglarle ese tipo de asuntos. Y conocía muy bien a los que serían sus acompañantes en Houston. Era el encargado de recibirlos cuando visitaban al director de Pemex en el piso 44 de la Torre de la empresa en Marina Nacional y sabía con precisión los asuntos que trataban con su jefe y los favores que recibían. Sabía, según él, de qué pie cojeaban.
Por eso se convirtió en un testigo privilegiado en las acusaciones que formuló Emilio Lozoya contra el ex Presidente Enrique Peña, el ex Secretario de Hacienda Luis Videgaray y un puñado de políticos, principalmente panistas, a quienes señala de haber aceptado sobornos a cambio de apoyar las reformas estructurales que se impulsaron en el sexenio anterior.
"Una vez nombrado Director General de Pemex, Emilio Ricardo Lozoya Austin me pidió que me incorporara a su equipo de asesores; éramos un equipo de trabajo reducido y en lo personal, Emilio Lozoya y yo, veníamos de vivir más de una década fuera del país, lo que dificultaba conocer especialistas en el sector o gente interesada de confianza con la capacidad de sumarse al equipo de Emilio Lozoya en Pemex", dice su declaración ministerial rendida el pasado 9 de septiembre ante la Fiscalía General de la República (FGR).
"Una de las instrucciones que recuerdo que provenían de la Presidencia de la República era que no se despidiera o cambiaran de puestos a varios de los funcionarios ligados al Partido Acción Nacional que habían laborado en la Administración pasada y continuaban con sus cargos en la administración de Pemex", refiere.
Dichas instrucciones, puntualiza, eran una estrategia de Luis Videgaray para no entorpecer las negociaciones del denominado Pacto por México.
Esa situación "dejó a la empresa muy vulnerable, pues había gente con intereses partidistas dentro de la empresa y no comprometidos con la misma", refiere.
En su calidad de Coordinador Ejecutivo, a Gracia le encargaron, según explica, complacer a los panistas para que apoyaran las reformas legislativas.
"Nunca me imaginé que estos legisladores del PAN y muchas otras personas, que supuestamente estaban a favor de una reforma energética, pudieran exigir, extorsionar o chantajear la aprobación de dicha reforma, la cual, se justificaba por el Gobierno en turno como necesaria para Pemex, la Comisión Federal de Electricidad y el País".
Con información de Reforma