Mientras AMLO se pelea con INE, Ómicron amenaza a México y su gobierno lo ignora
La nueva variante del COVID-19, ha probado un nivel de contagio más rápido que la variante Delta
En México, como está ocurriendo en la mayoría de los países, deberían estar sonando las alarmas porque la campaña de vacunación del país se apoyó en mayoría de vacunas no reconocidas por la Organización Mundial de la Salud o en algunas que carecen de la eficacia esperada.
Esto debido a que ómicron, la nueva variante del COVID-19, ha probado un nivel de contagio más rápido que la variante Delta, y a pesar de que no existen elementos aún para determinar que sea más letal, se está propagando velozmente por el mundo.
Así mismo, por la llegada del invierno, se espera una nueva ola en Estados Unidos y en Europa, por lo que varios países ya cerraron sus fronteras y han endurecido sus restricciones de viaje.
Por otra parte, en México, la prioridad es distinta ya que Andrés Manuel López Obrador prefiere pelearse con el Instituto Nacional Electoral por el aplazamiento de la consulta para la revocación de mandato, que hacer algo al respecto ante la inminente amenaza de Ómicron.
De acuerdo con la columna de Raymundo Riva Palacio, los únicos temas importantes en Palacio Nacional son las elecciones de 2022 y 2024.
Añade que AMLO incluso, ignoró las previsiones de compra de medicamentos anti-covid que le presentó en noviembre el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, y le pidió que hablara con la Secretaría de Relaciones Exteriores para que presentaran un plan para el próximo año con las necesidades presupuestales. Pero por semanas los ignoró. Se desconoce si en este momento hay una partida adicional para los refuerzos de vacunas -que no quería el subsecretario-, y para el desafío de Ómicron.
Las alertas rojas mundiales, no pasan por México. Soslayar la nueva emergencia es sinónimo de irresponsabilidad, donde el extravío político de las elecciones, impide al Presidente ver los riesgos y las complicaciones de las nuevas amenazas del coronavirus.
Los resultados preliminares de los investigadores señalan que las vacunas chinas Sinovac y Sinopharm, que suman casi el 50% de las vacunas distribuidas mundialmente, ofrecen una protección de casi cero frente a Ómicron. Sinovac ha sido utilizada de manera intensiva en México, con 20 millones de dosis recibidas que representan el 10.36% del portafolio de siete vacunas.
Sinopharm no es una vacuna que se haya aplicado en México, pero el canciller Marcelo Ebrard anunció hace varias semanas que habían negociado con China 22 millones de dosis.
Los nuevos estudios no mencionan la vacuna CanSino, que con poco más de 14 millones de dosis recibidas, comprenden el 7.32% del total recibidas hasta el sábado pasado.
CanSino, muy empleada en la inmunización de maestros, no es reconocida por la OMS, y la experiencia en varios países sudamericanos que la aplicaron, es negativa.
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AstraZeneca fue la gran apuesta mexicana. Entre compras al Reino Unido, donaciones de la versión india y la fabricación conjunta con Argentina, se lograron 86 millones y media de dosis, el 44.84% del total.
De acuerdo con un estudio de efectividad realizado en el Reino Unido, citado por el Times, la vacuna no tiene la capacidad para frenar la infección de Ómicron seis meses después de la inmunización. La vacuna rusa Sputnik, de la cual se recibieron 20 millones de dosis, el 10.36% del total, tendrá resultados similares que las otras vacunas en cuanto a frenar ómicron, anticiparon los investigadores.
No hay información pública que permita saber con exactitud lo que ha hecho el gobierno mexicano con la vacunación.
De acuerdo con las cifras oficiales, hasta el 12 de diciembre, el 61.8% habían recibido al menos una dosis, mientras que sólo el 50.8% tenía el esquema completo.
Si comparamos el esquema de vacunación completa con las dosis de Pfizer y Moderna, menos de 25 millones de mexicanos, si se confirman los estudios preliminares revelados por el Times, enfrentarían con buena protección a ómicron. Pero casi 100 millones estarían en riesgo de contraer la variante del COVID.