Norberto Rivera, más que religioso, es un hombre de poder
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Será recordado por su presunta protección a sacerdotes pederastas, por la cercanía que tuvo con el fundador de los Legionarios de Cristo, el sacerdote pederasta Marcial Maciel, sus relaciones con empresarios y políticos
Ciudad de México. La trayectoria eclesial, incluido el mandato de más de 22 años del cardenal Norberto Rivera Carrera al frente de la Arquidiócesis primada de México, serán recordados por su presunta protección a sacerdotes pederastas, por la cercanía que tuvo con el fundador de los Legionarios de Cristo, el sacerdote pederasta Marcial Maciel, sus relaciones con empresarios y políticos, así como su lejanía de la grey capitalina y su conservadurismo.
Ayer, a seis meses de haber presentado su renuncia al papa Francisco por haber cumplido 75 años de edad, se supo que el pontífice había dado luz verde al relevo y que su sucesor será el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla, quien se prevé tome posesión el 5 de febrero de 2018. Hasta que se realice el relevo, Rivera Carrera será el administrador apostólico de la Arquidiócesis de México.
Trascendió que hace algunas semanas el cardenal le pidió a los obispos auxiliares y presidentes de comisiones que entregaran un informe del estado de la Arquidiócesis para entregarlo a su sucesor.
Rivera Carrera regresó ayer del Vaticano, donde dio seguimiento al trabajo de las comisiones pontificias de las que es integrante.
Durante su estancia en Roma, el papa Francisco le informó que aceptó su renuncia y que su sucesor sería el cardenal Aguiar Retes.
Rivera Carrera fue designado por el papa Juan Pablo II, arzobispo primado de México el 13 de junio de 1995 y asumió la encomienda poco más de un mes después –el 26 de julio de 1995– en la Basílica de Guadalupe, convirtiéndose en el 34 arzobispo de la ahora Ciudad de México.
El jerarca era obispo de Tehuacán cuando fue promovido como primado de México, situación que a muchos sectores sorprendió, pues se esperaba que el sucesor de Ernesto Corripio Ahumada fuera alguien con más experiencia y peso eclesial.
En Tehuacán surgió el caso del sacerdote pederasta Nicolás Aguilar, quien abusó sexualmente de más de 90 niños en México y Estados Unidos. Las primeras quejas de padres de las víctimas surgieron a principios de 1988. Rivera Carrera fue nombrado obispo de Tehuacán a fines de 1985.
Luego de que surgieron los primeros casos de abuso, el reclamo llegó a Rivera Carrera, quien tomó la decisión de enviarlo a Los Angeles, California, en donde el religioso siguió agrediendo sexualmente a niños.
El sacerdote pederasta fue denunciado ante la Corte Superior de California en Los Angeles, y a los cardenales Rivera Carrera y Roger Mahony, se les siguió proceso por encubrimiento. Aunque finalmente no se les castigó.
Cuando Rivera Carrera dirigía la Arquidiócesis de México, detonó otro escándalo de pederastia: ex legionarios de Cristo denunciaron los atropellos de Marcial Maciel. La reacción del jerarca fue desmentir las informaciones periodísticas que daban cuenta del reclamo de ocho ex seminaristas de esa orden. Era 1997.
Este año las acusaciones de encubrimiento de curas pederastas siguió al cardenal. El 2 de junio los ex religiosos Alberto Athie y José Barba presentaron una denuncia en la Procuraduría General de la República en contra de Rivera Carrera por el presunto encubrimiento de 15 sacerdotes pederastas en la Arquidiócesis de México.
Los datos surgieron de información que dio el jerarca en el desayuno de fin de año con la prensa que cubre la fuente. Esta acusación aún no concluye.
Especialistas en asuntos religiosos han considerado que la gestión de Rivera Carrera al frente de la Arquidiócesis de México ha sido un "fracaso", un "desastre" y que "más que un religioso ha sido un hombre de poder y un actor político".
Bernardo Barranco, quien coordinó el libro lanzado este año titulado El cardenal Norberto Rivera Carrera: el pastor del poder y el antropólogo Elio Masferrer Kan han coincidido en la deficiente administración del cardenal.
Opinan que ha habido ausencia de un plan pastoral que detuviera la pérdida de feligreses en la Arquidiócesis.
Barranco ha mencionado que según el censo de 2010 en esta demarcación religiosa se duplicó el porcentaje de creyentes que se alejaron del credo católico a nivel nacional. Ante esto hubo "incapacidad de respuesta".
Felipe Monroy, experto en asuntos religiosos, dijo que uno de los jerarcas más mencionados como el sucesor de Rivera Carrera era justamente Aguiar Retes, debido a que ya es cardenal, porque ha sido “cercano” al Papa y porque está a cargo de la Arquidiócesis de Tlalnepantla, que tiene vecindad con la Ciudad de México.
Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla, nació el 9 de enero de 1950. Fue ordenado sacerdote el 22 de abril de 1973.
Su ordenación episcopal fue el 29 de junio de 1997. Fue secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), para el trienio 2004-2006 y presidente del organismo para el trienio 2007-2009.
El 3 de febrero de 2009 Benedicto XVI lo nombró arzobispo de Tlalnepantla, en sustitución de Ricardo Guízar Díaz. Tomó posesión el 31 de marzo. Fue reelecto como presidente de la CEM para el trienio 2009-2012 y recibió la presidencia del CELAM para el periodo 2011-2015. El 19 de noviembre de 2016 el papa Francisco nombró a Aguiar Retes, cardenal.