'Que no chingue el Fiscal', dice presbítero de Poza Rica sobre sacerdotes asesinados
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Pone en duda un 'asesinato entre borrachos'
“Que no chingue el Fiscal, no mataron a un sacerdote y a un sacristán, fueron dos compañeros presbíteros: el párroco y el vicario, con tres y 13 años de servicio. Si este señor quiere minimizar estos datos, cómo creerle que por culpa del alcohol los maniataron y les pegaron nueve tiros”, cuestionó el cura pozarrincense Jaime Suárez Silva a Luis Ángel Bravo Contreras, quien aseguró en su visita a Córdoba que de los finados, Nabor Alejo Jiménez Juárez y José Alfredo Suárez, solo uno fue presbítero.
“Es un sacerdote, un sacristán y un auxiliar de la parroquia. No se confundan”, dijo a los medios el Fiscal de Veracruz.
Pero, además, Bravo Contreras señaló que en el asesinato del pasado 19 de septiembre, en Poza Rica, Veracruz, “víctimas y victimarios se conocían, estaban libando licor y después de cierto rato se descompuso la reunión y se tornó en violencia”.
El Fiscal también informó, previo a una reunión con el colectivo de desaparecidos Córdoba-Orizaba, que aunado al doble asesinato el estado etílico de los presuntos agresores, los motivó a hurtar una camioneta Pick Up RAM, propiedad de Nabor Alejo Jiménez Juárez, y un vehículo Lancer, propiedad de un empleado del ayuntamiento.
“No niego que los compañeros pudieron haber estado consumiendo bebidas alcohólicas, pues que yo sepa no es algo prohibido para nosotros, pero que no digan las autoridades que por unas copas alguien te va a robar y pegarte hasta nueve balazos. Las voces de mis feligreses dicen que los matones son malosos” reclamó Suárez Silva en entrevista con Blog Expediente.
De acuerdo con Jaime Suárez se trata de las víctimas: Nabor Alejo Jiménez Juárez, quien fue privado de su existencia a los 50 años de edad, originario de Zoquitlán, Puebla. Desde el año 2003 fue ordenado como presbítero y luego comisionado de la parroquia de Nuestra Señora de Fátima.
Sobre José Alfredo Suárez el cura refiere que nació en la comunidad de Paso Blanco, Misantla, Veracruz, además opina que en vida fue una persona alegre, servicial, con apenas tres años y nueve meses de haberse recibido como sacerdote. “Él era el vicario de la parroquia Nuestra Señora de Fátima. Que no chingue el fiscal, por qué minimizar su oficio”.
Son los reclamos del padre Jjony, como lo conoce su feligresía, quien convivió en vida con las dos víctimas que sirvieron para la Diócesis de Papantla, Veracruz. Muertes, que de acuerdo con Bravo Contreras y las primeras líneas de investigación, son consecuencia del abuso de alcohol por parte de los presuntos asesinos y los sacerdotes finados.
Pero que además, según Bravo Conteras, la privación ilegal de los finados no tuvo tintes de secuestro ni “tampoco obra de la delincuencia organizada. No es una cuestión que haya sido materia de especulación, pues hay testigos presenciales del momento”.
Indicio similar al expuesto por el gobernador Javier Duarte sobre la agresión a seis jóvenes orizabeños en el antro Shine, ocurrida el pasado domingo 18 de septiembre. El máximo ejecutivo, tuiteó que el evento, que dejó por saldo la muerte del exfutbolista Éder Gutiérrez Hernández, de 22 años, se debió a un pleito entre muchachos.
Finalmente el párroco Jaime Suárez comparte que los cuerpos de ambos sacerdotes fueron despedidos en Poza Rica, Veracruz, en presencia del obispo José Trinidad Zapata y el Arzobispo Hipólito Reyes Larios. Una eucaristía solemne, donde lo único que abundó fueron los lamentos, pues las demandas de los líderes eclesiásticos fueron nulas.
“Siempre se quedan colgados en lo espiritual. No esperes palabras de nuestros superiores. La mayoría de los funcionarios sacerdotes tienen una ideología conservadora. Nuestros jefes actuales sólo manejan el anuncio y no la denuncia. Es el marco que los jefes producen y promueven”.
Fueron las palabras del padre Jaime Suárez, quien asegura no bajará el discurso en sus homilías: ” Mucha gente sólo está detrás del oro, aferrados sin importar los medios para conseguirlo, estamos en un estado de descomposición. No queda más que hacer el papel que nos toca. Descansen en paz mis compañeros”.
IGLESIA CRITICA VERSIÓN DEL FISCAL
Luego que la Fiscalía General de Veracruz difundió que los dos curas asesinados bebieron con sus victimarios, la Iglesia católica calificó la versión de irresponsable, apresurada y vergonzosa.
“Es una grave irresponsabilidad dar a conocer de manera apresurada información sobre el asesinato de los dos sacerdotes de la Diócesis de Papantla. Tal parece que el Gobierno quiere deslindarse de los hechos lo más pronto posible”, dijo Hugo Valdemar, director de Comunicación Social del Arzobispado de México.
Mencionó que el que hayan estado tomando licor no justifica sus muertes.
Sobre la postura del Fiscal, Valdemar reclamó que no se puede estar dando a conocer información “de manera tan aventurada”, sin antes realizar las investigaciones pertinentes.
“Ahora resulta que la Fiscalía de Veracruz es la más eficaz del mundo. ¿Pero qué podemos esperar de esta instancia que responde a los intereses de un Gobierno estatal tan cuestionado?”, criticó.
“¿Qué podemos esperar de este Fiscal que asegura que se trató de un sacerdote y de un sacristán, y no de dos sacerdotes, cuando el Obispo José Trinidad Zapata lo ha confirmado desde el día de ayer? ¿Qué tipo de investigación está haciendo que ni siquiera sabe distinguir a las víctimas? Es realmente irresponsable y vergonzoso”, añadió.
Los cadáveres acribillados de los sacerdotes fueron encontrados el lunes al borde de un camino. Bravo no dijo cuántos atacantes fueron, pero su oficina indicó antes que un sospechoso había sido identificado.
El funcionario señaló que ningún cartel de las drogas ni de secuestradores participó en el crimen.
Un sacerdote recibió nueve balazos. Ambos cadáveres fueron hallados a kilómetros de donde fueron vistos por última vez el domingo en la ciudad de Poza Rica.
El Centro Católico Multimedial estima que 28 sacerdotes han sido asesinados en México desde el 2006, sin contar los homicidios de esta semana. Los estados más peligrosos son Veracruz, Guerrero y el de México, indicó la organización.
Los sacerdotes en México son “víctimas de intentos de extorsión, amenazas de muerte, e intimidación por parte de grupos criminales organizados”, escribió el Departamento de Estado de Estados Unidos en su informe Libertad Religiosa Internacional 2015.
La diócesis de Papantla dio a conocer una carta enviada desde el Vaticano, en la que el Papa Francisco condenaba le crimen y solicita al “clero y a los agentes pastorales de la diócesis a continuar con energía su misión eclasial a pesar de los obstáculos”.
En un documento formado por el Secretario de Estado, Pietro Parolin, se señaló que el “santo padre, expresa su más sentido pésame” y “ofrece sufragios por el eterno descanso de estos sacerdotes de cristo, víctimas de una inexcusable violencia”.