¿Por qué es importante la cumbre del G7?
Los líderes del Grupo de los 7 suelen tener una visión en común, y sus países representan aproximadamente la mitad de la economía mundial
Por Matthew Mpoke Bigg
Cada año, cuando los líderes de las grandes democracias más ricas del mundo se reúnen en una cumbre, surgen las mismas preguntas: ¿Para qué sirve exactamente la cumbre y por qué importa el grupo?
Los líderes del Grupo de los 7 —Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido— iniciaron su cumbre anual el jueves en un lujoso hotel de Apulia, en la costa sur de Italia, con vistas al mar Adriático. Las guerras en Ucrania y Gaza y las amenazas que plantea el auge económico de China ocupan un lugar destacado en la agenda del día.
TE PUEDE INTERESAR: Preocupa reforma por afectación al T-MEC: Ildefonso Guajardo
Los líderes, junto con representantes de la Unión Europea e invitados selectos, se reúnen para debatir cuestiones económicas y las principales políticas internacionales. Este año, la anfitriona de la cumbre, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha invitado también a otras personalidades, como el papa Francisco y el primer ministro indio, Narendra Modi.
Cualesquiera que sean los desacuerdos de los líderes sobre los temas, una característica de las cumbres es que tienden a compartir una perspectiva general. Sus países son importantes socios comerciales y, aunque su participación en el comercio mundial ha disminuido, representan aproximadamente la mitad de la economía mundial. También comparten puntos de vista muy similares sobre comercio, seguridad y derechos humanos, lo que les confiere una enorme influencia cuando actúan de común acuerdo.
Un ejemplo reciente de ello es la guerra de Ucrania. El presidente Volodímir Zelenski, cuya defensa contra la invasión rusa de su país ha sido un punto de encuentro para el G7, asiste de nuevo este año.
Por la misma razón, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, es uno de los ausentes más notables del grupo. Rusia fue miembro del grupo desde 1997 hasta que fue excluida en 2014, año en que sus fuerzas entraron en el este de Ucrania y se apoderaron de Crimea.
Los orígenes del grupo se remontan a la crisis del petróleo de 1973. Surgió de una reunión informal de los ministros de Economía del Reino Unido, Francia, Japón, Estados Unidos y la entonces Alemania Occidental —inicialmente conocidos como los Big Five o los Cinco Grandes— para tratar de acordar el camino a seguir.
Desde entonces, el grupo y sus nuevos miembros se han reunido decenas de veces para trabajar en cuestiones importantes que afectan a la economía internacional, la seguridad, el comercio, la igualdad y el cambio climático. En 2015, la cumbre allanó el camino para el Acuerdo de París enfocado en limitar las emisiones mundiales de carbono, que se adoptó más tarde ese mismo año.
Las cumbres suelen definirse por los asuntos más acuciantes del momento: los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos en 2001, la crisis financiera de 2008 y la pandemia de coronavirus que comenzó en 2019 han dominado las reuniones.
También son un escaparate para la diplomacia cultural, ya que el país anfitrión de cada año ofrece ejemplos de lo mejor de su cocina.
Sin embargo, a pesar del aura diplomática de la cumbre, cada líder tiene también un ojo puesto en la política nacional. Un líder que acaba de ganar unas elecciones puede llegar a veces con un aire de arrogancia. En el caso de un líder que se enfrenta a un electorado molesto, puede ocurrir lo contrario. Varios de los líderes presentes esta semana en Italia pertenecen a esta última categoría.
c. 2024 The New York Times Company