“Es preciso agilizar la reducción gradual de nuestra dependencia de los energéticos rusos, por ejemplo, mediante el ahorro de energía y la disminución de la demanda de gas, en una forma que sea compatible con los compromisos de París”, decía, refiriéndose al emblemático acuerdo climático de París, “y hacer frente al impacto que ha tenido la guerra de Rusia a nivel mundial sobre el suministro de energía, los precios del gas y la inflación, y en la vida de la población, reconociendo la necesidad primordial de acelerar la transición a energías limpias”.