‘Queremos salvar vidas, no nos quiten la nuestra’: ¿Qué pasa con los pasantes de medicina en México?

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/ 18 julio 2022

Decenas de médicos han exigido justicia para los que pierden la vida realizando sus pasantías en zonas de alto riesgo.

El asesinato del Dr. Eric David Andrade Ramírez ha vuelto a cimbrar el miedo en sus compañeros médicos, quienes se preguntan cuándo llegará la seguridad dentro de su campo de estudio, pues, con tan sólo 24 años y a pocos días de finalizar su servicio social, el joven fue asesinado dentro de las instalaciones del un hospital en El Salto, Pueblo Nuevo, Durango, donde realizaba su pasantía.

No es la primera vez que un sensible fallecimiento ocurre en las mismas condiciones, donde decenas de médicos han perdido la vida a manos de la inseguridad en México. Por ello, los compañeros y amigos de Andrade Ramírez se han levantado en honor a su colega, exigiendo que su servicio social sea seguro.

La Asociación Mexicana de Médicos en Formación A.C (AMMEF), lamentó el deceso del joven, aseverando que no permitirán y se siga vulnerando con sus derechos, “ni que estudiar medicina represente un riesgo para nuestra integridad y nuestra vida”, así, exigiendo que se revise la constitucionalidad de las normas oficiales que rigen el servicio social en la carrera.

No obstante, la pregunta “¿qué pasa con las pasantías en México?” impera en su comunidad, sin embargo, los expertos en el campo conocen la respuesta y aseveran que miles de estudiantes son enviados a zonas de alto riesgo para realizar su servicio social, especialmente, en lugares donde el crimen organizado tiene la última palabra.

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Este trágico dato resaltó cuando otro médico fue asesinado, apenas el año pasado, también durante el mes de julio. Con dolor, colegas exigieron justicia para Luis Fernando Montes de Oca Armas, quein fue interceptado mientras asistía a una mujer dentro de una ambulancia, la cual fue encontrada en llamas; el joven, al igual que Eric Andrade, presentaba impactos de bala.

En aquél entonces, colectivos señalaron que en México “se aprovechan de los médicos” y su servicio social, mandándolos a lugares alejados de la ciudad, sin apoyo alguno y con una logística casi sin planear, donde los pasantes usaban de sus propios medios para cumplir las asignaciones de las universidades.

Esto también ocasiona que los médicos no quieran realizar sus pasantías en dichos lugares, prefiriendo irse a las fábricas o empresas, también extendiendo sus residencias en los hospitales.

“Es necesario que los estudiantes solo cumplan con el tiempo de seis meses y que se envíen a zonas seguras. Las universidades asignan las plazas que reciben del gobierno, pero nadie se hace responsable ante un hecho de violencia”, sentenció José Francisco Gómez Zapata, entonces presidente nacional de la Asociación Mexicana de Médicos en Formación, en entrevista con DW.

Asimismo, el medio recalcó que miles de médicos han recibido amenazas del crimen organizado, además de vivir en constante inseguridad al trabajar allí.

“Estos lugares se quedan desprotegidos y la población vive muchas carencias, pues son comunidades alejadas; el costo de salir de ahí es alto y en muchos casos las comunidades están confinadas por fronteras invisibles de otros grupos armados”, comentó Laura Gómez, entonces coordinadora de proyecto en Médicos sin Fronteras para los estados de Guerrero y Michoacán para el mismo medio.

Así, recalcan que ellos van hasta donde la Secretaría de Salud no puede llegar, incluso se ponen en contacto con los líderes sociales, comisarios, sacerdotes, maestros y grupos armados que “protegen” o son dueños del área. Ahí, explican que irán a cumplir con sus responsabilidades académicas, con el simple interés de salvaguardar las vidas de la comunidad.

Este riesgo lo toman millones de especialistas en medicina, no obstante, la seguridad no ha sido reforzada, siquiera ha estado presente, durante años, volviéndose una exigencia constante de los pasantes hacia el gobierno mexicano.

Tras el asesinato de Eric Andrade, federaciones, sociedades y colegas médicos volvieron a insister al estado en garantizar la seguridad de sus pasantes, pues las zonas donde laboran su profesión son cada vez más peligrosas.

“Ninguna muerte por violencia se justifica, pero al ser dirigida contra quienes por su vocación se dedican a mejorar y/o a salvar la vida de los demás, es mayormente condenable”, señalaron las 54 organizaciones que firmaron un documento dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador, así como al Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.

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Mientras, decenas de médicos aun se encuentran realizando sus pasantías en las zonas marginales de cada estado, donde recalcan que “una de las grandes lecciones es la de no preguntar el nombre del paciente”.

Constantemente, son cuestionados sobre su labor en la comunidad y se les piden identificaciones donde se especifique y son médicos. “Me salvé porque traía mi gafete... Hay lugares donde tenía que estarles explicando a esos señores que trabajaba para la comunidad”, recalcó un médico para Milenio.

Asimismo, impera la falta de medicamento para atenderles, causando el enojo de la población y poniendo más en peligro la vida de los médicos. “Es gente que se desespera cuando, después de caminar horas o días para ser atendidos, les decimos que no hay medicamentos o que ahí no los podemos operar”, dice uno de ellos.

Esta inseguridad en el ámbito laboral de miles de mexicanos que, día a día, se dedican a mejorar la vida de otras comunidades, sigue creciendo. Ya sea periodistas, médicos, ambientalistas, en México ha imperado la falta de respuesta por parte del gobierno, así, volviéndose la exigencia cada vez más clara.

Si aun no queda claro, las autoridades estudiantiles de la Universidad Autónoma de Durango ya ordenaron el retiro de quienes realizan su servicio social en zonas de alto riesgo, buscano “salvaguardar la integridad física de cada uno de nuestros estudiantes”.

No obstante, pasantes se preguntan dónde estuvo este llamado de emergencia antes, y cuántos asesinatos a sus colegas tendrán qué experimentar para que se tome acción a nivel nacional.

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