Revelan que bancos cobran los mayores intereses en tarjetas de crédito por falta de competencia
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Las instituciones se verían forzadas a disminuir sus tasas si aumentara la oferta de crédito
Los bancos cobran los mayores intereses en tarjetas de crédito desde mediados de 2020 debido a la falta de competencia, la influencia de la tasa del Banco de México (Banxico) y la necesidad de las instituciones de protegerse contra el riesgo de impago, explicaron analistas consultados por EL UNIVERSAL.
El Sistema de Información Económica de Banxico señala que la tasa efectiva de los plásticos fue de 24.43% entre marzo y abril, aunque el interés llegó a 53.70% para los clientes sin promociones, cuyo promedio está ponderado por el saldo de las tarjetas.
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Hay decenas de productos cuyo Costo Anual Total (CAT) es mayor a 100%, incluso la Tarjeta 40 y Ke Buena, ambas de Banorte, y un límite de crédito menor o igual a 4 mil 500 pesos, alcanzaron un CAT superior a 150%, indica la información comparativa de costos más reciente del portal de Banxico.
”El elevado costo de las tarjetas desanima a los consumidores, pero el ritmo más lento del empleo y la economía los orilla a dar el tarjetazo para cubrir sus gastos”, opinó el economista en jefe para Rankia Latinoamérica, Humberto Calzada.
”La tasa de referencia de Banxico está detrás del costo de las tarjetas, pero conforme la autoridad siga con los recortes, pasará lo mismo con estos productos”, comentó a esta casa editorial.
El 8 de agosto, la institución que gobierna Victoria Rodríguez Ceja anunció, de manera sorpresiva, que la tasa líder disminuyó de 11% a 10.75%, la cual estaba sin cambio desde marzo pasado y sirve de referencia a la banca privada para determinar los intereses que cobran a los usuarios por los préstamos, según la Condusef.
Para combatir la inflación, Banxico mantiene su tasa en más de 10% desde fines de 2022.
El director de Aporta Consultoría Estratégica, Jorge Flores Kelly, señaló que el alto costo de las tarjetas de crédito se debe a una interacción compleja entre la falta de competencia en el sector, la influencia de la tasa del Banco de México y la necesidad de los bancos de protegerse contra el riesgo elevado de impago en un mercado con baja inclusión financiera y alta informalidad.
”La concentración del mercado en pocas instituciones bancarias es un factor clave, pues cinco bancos controlan 70% del mercado de tarjetas de crédito, lo que reduce la presión competitiva para que las instituciones ofrezcan tasas más bajas y productos más accesibles”, indicó en entrevista con El Gran Diario de México.
En un mercado más competitivo, estimó, existiría mayor presión para reducir los costos asociados con las tarjetas, pero la concentración actual limita esta dinámica.
Un mercado rígido
Aunque la tasa de la autoridad monetaria influye en los intereses, su impacto no se refleja proporcionalmente en el costo de las tarjetas de crédito, por la rigidez en los precios y la inercia en las políticas de los bancos, que a menudo no ajustan las tasas de sus productos de manera proporcional a Banxico.
Esto refleja una percepción continua de riesgo en el mercado y una estrategia de las instituciones para mantener sus márgenes de ganancia, expuso Jorge Flores Kelly.
Mencionó también la falta de un historial crediticio robusto y la alta informalidad, ya que incrementan el riesgo percibido por los bancos y -como resultado- aplican tasas más altas y buscan mayores garantías para protegerse contra un eventual impago.
”En un entorno donde la información sobre los consumidores es limitada, los bancos compensan el riesgo con costos más elevados, manteniendo así las tasas elevadas incluso cuando la tasa de referencia de Banxico disminuye”, dijo.
El profesor e investigador del Posgrado de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Clemente Ruiz Durán, expuso a este diario que los bancos cobran altos intereses por las tarjetas bajo el argumento de cubrirse por riesgos de incumplimiento en el pago del préstamo.
Opinó que las instituciones se verían forzadas a disminuir sus tasas si aumentara la oferta de crédito mediante la entrada de más jugadores en el mercado.
”Es un problema de percepción de los bancos que podría resolverse con una mejor regulación y ampliación del mercado financiero. Son grandes retos que no han querido asumir los gobiernos hasta la fecha”, concluyó el académico.