Sánchez Ortega, el agente ligado a caso Colosio y señalado por espionaje en su paso por Coahuila
El ex miembro del Cisen hizo seguimiento a movimientos sociales y actividades políticos cuando fue asignado a Coahuila en 2006
Jorge Antonio Sánchez Ortega, ex agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) que fue identificado como el presunto segundo tirador en el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, pasó por Coahuila, donde realizó seguimientos a movimientos sociales, actividades de partidos y fue señalado por ejecutar acciones de espionaje al ex gobernador Humberto Moreira.
De acuerdo con una publicación de la revista Proceso el 17 de agosto de 2008, que toma relevancia por las revelaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) respecto al caso Colosio, en junio de ese año VANGUARDIA identificó entre participantes de una trifulca entre simpatizantes del PRI y del PAN en Saltillo, a Sánchez Ortega.
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Se trata del personaje que había sido vinculado al caso Colosio, y para entonces llevaba más de dos años en Coahuila asignado por el Cisen. A raíz de la explosión en la mina Pasta de Conchos, en 2006, se infiltró en movimientos sociales, actividades políticas y religiosas, algunas veces como agente, otras como reportero, consignó Proceso.
El gobernador de Coahuila en ese entonces, Humberto Moreira, señaló tras la identificación de Sánchez, que él mismo era objeto de espionaje y anunció que pediría a la Secretaría de Gobernación una explicación sobre las actividades del Cisen en la entidad coahuilense.
“Yo soy de la idea de que los servicios del Cisen se ocupen para combatir al crimen organizado, pero ocurre que en lugar de estar haciendo eso vigilan y espían a los políticos”, declaró Moreira en ese entonces.
De acuerdo con Proceso, Sánchez Ortega fue vinculado al asesinato de Luis Donaldo Colosio, toda vez que la chaqueta que vestía el día del crimen, tenía manchas de sangre de Colosio y además dio positivo a la prueba de rodizonato de sodio, que se usa para determinar si se disparó un arma de fuego.
Su parecido físico con Mario Aburto, principal sospechoso que después fue consignado como el autor material del crimen, sembró dudas luego de que fue liberado por la Procuraduría General de la República (PGR) y fuera reinstalado como agente del Cisen.
En un informe que se dio sobre el caso en el 2000, la detención de Sánchez generó confusión por las contradicciones de responsables del Cisen, quienes modificaron sus declaraciones. El mismo agente declaró primero que se manchó de sangre cuando se acercó a Colosio, pero Edmundo Salas, entonces director de Investigación del Cisen, aseguró que Sánchez ayudó a subir a Colosio a la camioneta que lo llevó al hospital.
SU ACERCAMIENTO A COAHUILA
La publicación de Proceso refiere que, desde 2007, Sánchez Ortega empezó a aparecer en actividades del gobernador Humberto Moreira, en las giras de Andrés Manuel López Obrador y, con más frecuencia, en misas, eventos y ruedas de prensa del obispo de Saltillo, Raúl Vera López.
Sin embargo, fue hasta junio de 2008 cuando una trifulca entre simpatizantes del PRI y del PAN en Saltillo, por la repartición de apoyos como actividades proselitistas, llevó a identificar a Sánchez Ortega, quien estuvo presente en esos hechos.
Además de las fotografías difundidas en VANGUARDIA, donde se observa al ex agente del Cisen, en un video de la trifulca se le observa videograbando los hechos y riéndose de lo que estaba ocurriendo
Desde febrero de 2006, Sánchez Ortega apareció en Coahuila con las labores iniciales de rescate tras la explosión de la mina Pasta de Conchos. En ese entonces activistas, políticos y líderes de diferentes sectores ya identificaban a miembros del Cisen que se hacían para por reporteros para infiltrarse en actividades públicas.
Específicamente, la activista Cristina Auerbach y el obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera, ya identificaban en ese entonces a Sánchez Ortega en fotografías, de acuerdo con la revista Proceso.
“Aprovechándose de la inocencia y falta de experiencia de los deudos, muchas cosas que decidíamos hacer las averiguó a través de ellos, entre quienes creó confianza”, dice la abogada.
Ello provocó que los gobiernos empezaran a hacer anuncios anticipando información que no se les había dado a conocer, por lo que familiares de las víctimas y personas que los apoyaban migraron a vías de comunicación seguras, evitando teléfonos y correo electrónico.
“Por ejemplo, así se pusieron de acuerdo para deslindarse del dictamen sobre las condiciones de la mina a mediados de 2007”, consignó la revista Proceso.
Luego de la publicación de las fotografías de VANGUARDIA en las que se identificó a Sánchez Ortega y las declaraciones del ex gobernador Humberto Moreira, el ex agente fue retirado de las actividades públicas en Coahuila, mientras ni el Cisen ni la Secretaría de Gobernación dieron detalles de las actividades de su agente.
Con información de Proceso