Se adueña fentanilo de las calles de Baja California
Desde que llegó a Ensenada, su consumo fue creciendo casi de manera desapercibida
Desde que se tiene conocimiento en 2017, el fentanilo se instaló en el puerto de Ensenada y su consumo se extendió por las calles de Baja California casi desapercibido, cuando la crisis estalló por el trasiego de la mortal droga hacia Estados Unidos, lo que ha dificultado su combate, de acuerdo con un reportaje de la revista Proceso.
Mario (pidió ser llamado así, “sólo Mario”) sostiene con su curtida mano derecha una jeringa que contiene lo que cree que es fentanilo. Lo asegura mientras platica recargado en la malla ciclónica que rodea El Corralito, un parque rotario en el puerto de Ensenada.
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“Sí, es éste. Esta madre es fentanilo, el hielo (ice), está todo mezclado”, afirma el hombre de 59 años, originario de Colima y también usuario de heroína desde hace casi tres décadas.
La publicación de Proceso relata que Mario se enganchó con la heroína cuando trabajaba guardando pescado en un cuarto de refrigeración, cuando descubrió a sus compañeros que se la inyectaban.
Le ofrecieron la droga y primero la rechazó, aunque terminó por ceder. Sufrió llagas y buscó ayuda médica, pero continuó con el consumo. Llegó a gastarse hasta 800 pesos en dosis. Ahora nada más le invierte de 50 a 100 pesos, al tiempo que sobrevive con trabajos eventuales, como lavar automóviles. Ha llegado a dormir bajo los puentes.
Esta droga sintética, señala el reportaje de Proceso, está en circulación desde hace tiempo en Ensenada y en 2021 se registraron casi siete mil muerte en Estados Unidos por sobredosis relacionadas con opioides.
De ellas, más de cinco mil 700 estaban asociadas al fentanilo y ese año se contaron más de 100 mil muertes por sobredosis, según se estima.
La prensa estadunidense reflejó los alarmantes datos de salud: dos de cada tres muertes tuvieron como origen esta droga, misma que ahora es decomisada con mayor frecuencia en Baja California.
Rogelio Castro Segovia, director y fundador de la asociación civil Por Amor a las Calles, estima que hay alrededor de mil 800 personas sin techo en el puerto de Ensenada, municipio que en el censo de 2020 registró poco más de 330 mil habitantes.
En esta población, que suele refugiarse debajo de los nueve puentes que cruzan el arroyo local, se ha detectado el consumo de drogas inyectables, además de alcoholismo o problemas mentales.
“Poco a poco va acrecentándose la problemática. Que la presencia del fentanilo ya está en Ensenada, es indudable y lo podemos ver en las personas en situación de calle, en jóvenes”, lamenta.
Para Francisco López Corellia, del módulo de información y traslados del Centro de Recuperación y Rehabilitación para Enfermos de Alcoholismo y Drogadicción (Creead) Zona Uno, AC, de Ensenada, la situación está prácticamente fuera de control:
“Se volaron la barda: todos los días lo vemos llegar”, refiere, e indica que los usuarios consumen el fentanilo fumado, inyectado, inhalado, de la forma en que la encuentren, además de que ha tenido conocimiento que la dosis puede costar 50 pesos en las calles.
“Es una locura: como polvo, piedrita... Algunas se deshacen en agua, otras las rompen para inhalarla. No se sabe ni lo que están agarrando. Cuando empiezan a consumir les dan gato por liebre. Las fórmulas son muy asquerosas”.