10 años AIDH: el Festival de los Derechos Humanos
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Érase una vez una persona con un gran sueño: transformar el mundo a través de los derechos humanos. ¿Cómo? La idea era clara: crear un instituto de investigación y docencia en el norte de México. Pero no un centro académico cualquiera: se quería construir un espacio en el que los derechos humanos fueran el impulso de un concepto distinto de educación jurídica, una nueva forma de mirar y transformar la sociedad a través del derecho.
Diez años después, en Arteaga, Coahuila, ese sueño es una realidad, y se llama Academia Interamericana de Derechos Humanos. Hoy, en 2025, la AIDH es una gran comunidad académica, que día a día, con compromiso, esfuerzo y disciplina, comparte ese gran sueño que tuvo nuestro fundador, el magistrado Luis Efrén Ríos Vega, y contribuye a escribir la historia viva de nuestra institución morada.
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Los retos que tuvimos que enfrentar fueron muchos y mayores: el principal ha sido superar resistencias arraigadas, muy difíciles de modificar, en visiones clásicas y conservadoras del derecho. Para eso tuvimos que construir credibilidad y legitimidad académica, mediante la creación de espacios de formación de alta y rigurosa especialización, pero también de gran sensibilidad y empatía.
¿El resultado? Diez años después, hoy podemos afirmar con absoluta certeza que también en el norte de México se pueden generar ideas, investigación y pensamiento de vanguardia sobre derechos humanos. Prueba de esto es que la Academia es una institución viva, plural, diversa, tolerante y profundamente humana, gracias a las distintas generaciones de personas estudiantes y profesionales que formamos y que aprenden, enseñan, defienden y viven los derechos humanos con amor y empatía.
Como todos los momentos más importantes y significativos de nuestras vidas, los primeros 10 años de la Academia son algo que merece una gran celebración: para recordar lo que vivimos hasta ahora, observar con orgullo lo que hemos construido y decidir lo que queremos para el futuro.
Es por esta razón que organizamos, entre otras actividades que se han desarrollado a lo largo del año, el Festival AIDH: tres semanas de actividades culturales, deportivas, de integración y académicas que tenían como objetivo generar conciencia sobre las problemáticas que estamos enfrentando como humanidad, fomentar la creatividad y la competencia sana en áreas distintas al derecho.
Organizamos, por ejemplo, un concurso de altares del día de muertos, todos dedicados a personas víctimas de violaciones graves a derechos humanos, un Talent Show y un Scary Fest, donde el estudiantado y el profesorado de nuestro programa estelar, la Licenciatura en Derecho con Perspectiva en Derechos Humanos, dieron rienda suelta a su creatividad a través de distintas disciplinas artísticas, como el canto, el baile, la poesía. Pero también se organizaron actividades recreativas y deportivas relevantes como un torneo de ajedrez y de pádel y la carrera “La Ruta de los Derechos”.
Las actividades del Festival AIDH se cerraron esta semana, con broche de oro, con dos actividades académicas de suma relevancia: la primera fue la Segunda Competencia Interamericana de Debate sobre Derechos Humanos. Esta competición se llevó a cabo del 3 al 7 de noviembre; más de 50 personas estudiantes, provenientes de universidades de Coahuila, Ciudad de México, Oaxaca, Nuevo León y Yucatán se dieron cita en la Casa Morada para participar en un importante y retador ejercicio académico que fomenta la argumentación jurídica y la reflexión crítica sobre los desafíos actuales en derechos humanos.
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Finalmente, el 6 y 7 de noviembre celebramos un Congreso Internacional en el que participaron más de 40 personas ponentes de México, España, Italia, Polonia, para abordar los temas contemporáneos más desafiantes de derechos humanos.
Si los primeros 10 años de la AIDH fueron la ocasión perfecta para poder organizar un Festival celebrativo, en realidad se trató de algo más profundo. Para nosotras y nosotros fue un verdadero Festival de los Derechos Humanos, que nos permitió reflexionar y dialogar con la ciudadanía sobre la apremiante necesidad que enfrentamos, en estos tiempos tan complejos y oscuros que vivimos, de seguir fortaleciendo el arma más poderosa que posee la humanidad para transformar vidas: la educación.
Esta es la tarea que nos llevamos: seguir trabajando juntas y juntos, desde el pensamiento y la acción, por un futuro en el que los derechos humanos sigan siendo el lenguaje común de la dignidad humana.
*La autora es Directora General de la Academia Interamericana de Derechos Humanos