Creo en Dios, pero no voy a la iglesia y hay quienes me cuestionan por no ser religioso.

QUERIDA ANA:

Yo, tal vez por la formación en mi hogar, nunca he sido un hombre religioso. No soy ateo, creo en Dios, pero no voy a ninguna iglesia. Sin embargo soy una persona ética y tengo altos estándares morales. Cuando hay necesidad dono más dinero que muchos. Además siempre doy donaciones a diversas organizaciones. Jamás golpeo a mis hijos, no les digo palabras altisonantes, y nunca le levantaría la mano a mi esposa. En mi casa hay paz y armonía. Doy a mi familia todo lo que obtengo de mi trabajo, a todos los trato como las personas preciosas que son. Soy bueno con los animales y con mis semejantes rarísimas veces he tenido altercados. A nadie le he quitado nunca nada.

Me he esforzado por hacer del mundo un lugar mejor y entiendo a quienes son diferentes a mí y los respeto. Estudié una carrera y una maestría, trato de ser agradable con los demás y defiendo lo que creo, es decir, mis criterios y mis ideales.

Entonces Ana, ¿por qué tan pronto algunas personas descubren que no soy religioso, que no asisto a ninguna iglesia, me dicen que me voy a ir al infierno? Hace unos días una mujer me dijo: "No es posible que tenga una buena moral si no cree". Desde luego que yo no le contesté, pero eso es absurdo. Conozco a muchas personas que "van a la iglesia y temen a Dios", que tienen malos estándares morales, toman, usan drogas, roban y engañan a sus cónyuges.

No soy perfecto, estoy muy, pero muy lejos de serlo, desearía ser mejor de lo que soy, pero estoy harto de las personas que hacen juicios morales acerca de mí basados solamente en el hecho de que no creo en la religión (y léase bien, la religión). Y cuando se ha ofrecido no niego mi ideología, como si fuera algo de lo que me avergonzara.

Lo que me dijo esa señora me molestó, ¿cómo me sacudo a esas personas bien intencionadas pero ignorantes?

NO MONSTER

QUERIDO NO MONSTER:

No puede, así que deje de tratar. Las personas profundamente religiosas o mejor dicho, los fanáticos, sienten que deben "salvarlo" y nada de lo que haga los convencerá de que usted es mejor persona que muchos. No necesita justificar sus creencias a nadie. Si alguien vuelve a decirle lo que esa señora, dígale "Gracias", y siga su camino. Es usted un hombre bueno. Afortunadamente no va a ser juzgado por los hombres en el más allá.

ANA

QUERIDA ANA:

Tengo un hijo de 11 años. Es un buen niño, pero hizo algo reprobable y por eso le escribo a usted, rogándole que me conteste lo antes posible para poder proceder a hacer lo correcto.

Él es aficionadísimo a los juegos de video y recientemente fuimos a una tienda donde había juegos. Me pidió que le comprara un juego nuevo que no tenía, pero le dije que no porque tiene muchos y además en estos días ando corta de dinero. No contestó nada. Terminé de comprar lo que necesitaba y nos fuimos.

Sin embargo, al llegar a la casa, admitió que se había robado el juego. No puedo saber cómo lo hizo ni a qué hora porque por Dios que no me di cuenta. Comenzó a llorar y me dijo que se sentía terriblemente mal. Él nunca había robado nada y en casa hasta lo más pequeño es comprado honradamente y él lo sabe. Le he inculcado buenos principios.

No sé qué pasó. Me sentí sumamente molesta y le dije que por dos meses no iba a tocar la tele ni los juegos. Aceptó su castigo y me dijo que se merecía lo que yo le mandara hacer.

Soy madre soltera y no estoy segura de si hice lo correcto. ¿Debo regresar el juego a la tienda? Me va a dar muchísima vergüenza, pero si usted me dice que debo hacerlo, voy y lo devuelvo.

ACONSEJEME

QUERIDA ACONSEJEME:

El castigo que le dio a su hijo estuvo bien, pero no fue suficiente. El niño necesita entender que robar es un delito grave.

Vaya con su hijo a la tienda y explíquele al gerente lo que su hijo hizo, ruéguele que lo disculpe y añada que es la primera vez que sucede, que el niño va a pagar el juego y además quiere decirle algunas palabras. Dígale al niño desde ahora que con su dinero va a pagar el juego y que va a disculparse con el gerente de la tienda.

ANA