Mi esposo se enoja porque soy exitosa, con buen trabajo y mejor sueldo que el de él.
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QUERIDA ANA:
Mi esposo, con quien he estado casada hace cuatro años se ha vuelto egoísta y dominante. No hemos tenido hijos y por eso decidí terminar mi carrera que había dejado trunca para casarme. Así pues la terminé y con el apoyo de un amigo bien posicionado logré un buen puesto y me ha ido muy bien, gracias a Dios. He tenido mucho éxito en mi trabajo, mis jefes y quienes me rodean me han reconocido y he recibido felicitaciones por algunos asuntos que he logrado resolver satisfactoriamente.
Todo esto ha hecho que mi esposo se ponga celoso y me reproche en todo momento que trabaje, que esté rodeada de hombres, que tenga que salir diariamente, que me arregle bastante, que me compre ropa, que haya comprado un automóvil a crédito, que no esté en casa todo el día. En fin, me reprocha por todo.
Yo no he fallado como esposa, me hago responsable de mi casa, tengo quien me ayude en la casa, pero me ocupo personalmente de todo esté limpio y ordenado, que la comida sea saludable y bien hecha, que no falte nada, que la ropa esté limpia y arreglada. En fin, en la casa no falla nada. ¿Verdad que no es justo lo que me reprocha? Siento que está celoso porque gano más que él y porque me han felicitado por mi trabajo. Pero ¿no cree que si me quisiera de veras en lugar de estar enojado debería estar feliz porque me va bien?
Amo a mi esposo y no deseo que se enoje y vaya a querer que nos separemos. Por nada del mundo quiero que eso suceda. ¿Qué me puede decir que yo le diga a él para que se dé cuenta de que se está equivocando y que solamente quiero que vivamos bien, que seamos felices y forjarnos un patrimonio para los dos y para los hijos que Dios quiera darnos?
Gracias por su ayuda y a usted quiero decirle que la felicito por toda la ayuda que da, tan desinteresadamente día a día por medio de sus consejos, de sus sugerencias, de su guía. Dios la bendiga.
SABRINA
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QUERIDA SABRINA:
Sí creo que tu esposo debería estar feliz con tus éxitos en vez de molestarse y estar celoso. Y lo que voy a decirte en esta respuesta, va dirigido a él. Espero que quiera leerlo y aprovecharlo para nutrir su conciencia.
Todos sabemos lo que significa amar y ser amados, pero ¿cómo es el amor que hace el milagro de la liberación humana? ¿Cómo es el amor que cura todas las heridas? Resulta bueno hablar acerca de la naturaleza del amor desinteresado.
Cuando la satisfacción, la seguridad y el desarrollo de otra persona se vuelven tan significativos como si se tratara de nosotros mismos, entonces el amor verdadero existe. En teoría, el amor implica una actitud básica de preocupación por otra persona. En la práctica, el amor significa que estamos dispuestos a abandonar nuestra propia conveniencia por la satisfacción de una persona. La mayor parte de la gente identifica el amor con un sentimiento o emoción.
Se enamoran y se olvidan con suma felicidad. La llama del amor se extingue de sus vidas hasta que se enciende una nueva. Los sentimientos y las emociones son volubles y por ende el amor tiene que ser algo más que eso. Claro está que los sentimientos están asociados al amor. La primera atracción del amor, por lo general se experimenta en término de sentimientos muy fuertes. Y es lógico que, a menos que seamos masoquistas, necesitamos cultivar una relación para poder poner la conveniencia y seguridad de otra persona por encima de la propia.
Sin embargo, en el curso de una relación amorosa, siempre tendremos que experimentar un invierno ocasional emocional de descontento para encontrar luego una renovación en el amor, a medida que el oropel del amor joven es pulido por el tiempo y se convierte en el oro valioso de la edad madura.
Habrá tiempos en los cuales la satisfacción emocional estará ausente, pero en general, el crecimiento en el amor supone y necesita un buen clima emocional.
Así pues no podemos identificar el amor con un sentimiento, ya que los sentimientos tienden a ser muy volubles. El amor es más que toda una manera de vivir, de ver la vida al lado de alguien que se vuelve tan importante como uno mismo.
El amor es la verdadera liberación humana, y especialmente, liberación de la soledad y del egoísmo.
Finalmente voy a enviar un mensaje que espero no olviden tú, Sabrina, y tu esposo: El amor es como la luna: cuando no crece es que mengua.
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ANA
Para este pequeño espacio, un pensamiento de Santa Teresa de Calcuta. No sentirse querido ni apreciado, ni necesitado por nadie, es peor que la pobreza, es peor que el hambre. Yo he puesto muchas veces comida en la boca del hambriento, pero la ayuda material no cura el hambre de compañía. Sólo el amor cura la soledad. Al ofrecer nuestra compañía curamos el hambre del solitario. Quisiera que todos se dieran cuenta de esto, que hicieran algo por solucionarlo.
Todos tenemos problemas. ¿Cuál es el suyo? Para una respuesta escriba a: ANA APARTADO 500 o BOULEVARD V. CARRANZA y CHIAPAS, SALTILLO, COAH. También puede hacerlo vía internet: ana@vanguardia.com.mx