Misión cumplida, maestra Teissier

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Dejó su cuerpo de 93 años, precisamente El Día de la Mujer y ahora se encuentra en los amorosos brazos de Dios. Los destellos de una vida fructífera, siempre serán aleccionadores.  A la maestra Lucía Teissier de Galindo, la vi combinar la bondad con la firmeza, el intelecto con la calidez humana, así como dar vida equilibrada a todos los roles existenciales que le tocó vivir.
Estar siempre a la altura de las circunstancias es algo que no todos pueden lograr. Crecer en cada quiebre del camino es la determinación que siempre dejó sorprendidos a los que la vimos actuar.
Sin importar el obstáculo, ella crecía y lo superaba. Aprendió a conducir un auto al quedar viuda siendo una señora mayor. Al precipitarse la era digital domina el manejo de la computadora.  En esa constante condujo su vida en una espiral ascendente de sabiduría y riqueza existencial.
 Tendré presente su sonrisa de niña dispuesta a disfrutar cada instante propicio, amoldó su mente a la capacidad intelectual de los demás, para no parecer pretenciosa, y su agudo sentido del humor arrancaba carcajadas sin pronunciar jamás un improperio.
Le conocí amistades del alma, como la que sostuvo con fray Jerónimo Verduzco quien, con la humildad que da la grandeza, en alguna ocasión le enviara versos con la nota: "le ruego me haga la caridad de juzgar estos escritos y hacer las correcciones pertinentes". Â
Como hermana siempre guardó admiración genuina hacia las cualidades que consideraba ajenas: "Ernesto Julio sí que sabe escribir -dijo- él fluye sin necesidad de podar o corregir". Ella siempre examinó sus textos con rigor; cuidadosa de la medida que pide el formador, sin miramiento alguno eliminaba un párrafo completo sin que el contenido perdiera claridad.  Â
Cuando se estaban alterando los ánimos en alguna reunión de trabajo, su sola presencia era siempre suficiente para que todos retomáramos la ecuanimidad, al mirarnos con esa serenidad que pocos saben conservar a lo largo del día.
Al serle entregada la Presea Saltillo 2009 _dice quedito_ "esto es inmerecido". ¿Inmerecido? aún cuando a todos se nos acumulan los años, ella aprovechó ese proceso para crecer sin el estorbo de un ego inflado.
¡Decídete a ser feliz hoy!
despachoalfonsina@prodigy.net.mx