¿Por qué Benemérita?

Opinión
/ 2 octubre 2015
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La Benemérita Escuela Normal de Coahuila cumplió el pasado día 4 de este mes 117 años de existencia, y no fue benemérita hasta que estuvo próxima a cumplir 89 años de vida.

¿Y por qué Benemérita? El diccionario de María Moliner define así la palabra: "Digno de gran estimación por los servicios que ha prestado". Un título que en nuestro país solamente se usa por decreto, porque sólo pueden atribuirlo oficialmente el Congreso de la Unión o los congresos de los estados. Así, don Benito Juárez, Benemérito de la Patria, y la Benemérita Cruz Roja Mexicana. El Congreso del Estado le otorgó el calificativo a la Escuela Normal de Coahuila el 23 de marzo de 1983, para unirlo oficialmente a su nombre.

A propósito del aniversario de la Benemérita, es bueno recordar algunos detalles de su historia. Aunque existen antecedentes de una Escuela Normal de Profesores de Instrucción Primaria ligada al Ateneo Fuente, cuya creación se hizo por decreto del 20 de febrero de 1889, firmado por el gobernador Garza Galán, en la realidad dicha escuela para profesores nunca funcionó como tal. Por eso se considera como fecha de fundación de la Escuela Normal de Coahuila el 4 de mayo de 1894, cuando se estableció en una casa de alquiler por la calle Hidalgo sur. Muchos años después se fundó la Escuela Normal Superior y se alojó en el mismo edificio de la Benemérita, pero dependía directamente de la Universidad de Coahuila, de la que formó parte como escuela de enseñanza superior durante muchos años.

De 1894 a febrero de 1909, fecha en que se estableció en su propio edificio, ocupó tres diferentes casas de alquiler en la calle de Hidalgo. Para la construcción de su edificio, el director, don Andrés Osuna, había conseguido entre particulares la cantidad de 50 mil pesos y el Gobierno del estado iba a aportar una suma igual, pero el gobernador Miguel Cárdenas al conocer el proyecto, devolvió la suma colectada y costeó en su totalidad la construcción. La cantera utilizada en las fachadas se trajo de Durango, mientras que la escalinata exterior se construyó con mármol negro. Gran parte de su mobiliario se importó de Estados Unidos. El actual Salón de Actos fue construido para el entrenamiento en gimnasia sueca, una de las materias del plan de estudios de la época. El edificio, con una cúpula sostenida por una estructura de madera casi única en su género, es uno de los más emblemáticos de Coahuila.

Para ser alumno, el Reglamento de 1896 requería, entre otras cosas, no tener ningún defecto físico, estar vacunado y tener buenas costumbres. Esto último avalado por el presidente municipal del lugar de residencia del aspirante. La contienda armada revolucionaria obligó a cerrar las puertas de la escuela de junio de 1914 a febrero de 1915. También fueron cerradas de abril a septiembre de 1922 por la huelga de alumnos inconformes con la labor del director, Benjamín Muñoz, motivo por el que algunos estudiantes del quinto año tuvieron que terminar su carrera en la Normal de Monterrey.

En 1918, el profesor don José Rodríguez González dijo, al entregar la dirección de la escuela a don Apolonio M. Avilés: "Es bien sabido que la suerte de una institución o de una causa depende, en gran parte, de la fe que en ella tengan sus caudillos... La Escuela Normal, más que cualquier otra institución tendrá que asegurar y acelerar la prosperidad de Coahuila, y os la entrego gustoso porque sé que en vuestras manos llenará su cometido".
Y así lo ha hecho la institución a lo largo de 117 años. Por eso es Benemérita nuestra Escuela Normal del Estado de Coahuila.

edsota@yahoo.com.mx

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