Instituciones Fallidas
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Apunte de las Campañas
A Tabasco, es un Edén"
En el andar de nuestra singular democracia, con pasos hacia atrás constantes como frutos de los intereses amafiados, no han sido poco frecuentes las reformas y la creación de instituciones destinadas, supuestamente, a la defensa de la voluntad popular, o de la soberanía fundamentada en el pueblo como alegan los juristas. No todo ha sido fallido pero tampoco podemos concluir que hemos avanzado en cada renglón.
Recuerdo, con motivo de la muerte del jurista Jorge Carpizo McGregor recientemente -su prestigio académico se tambaleó a su paso por la administración de Carlos Salinas, sin remedio-, unja conversación sostenida con éste cuando inauguró la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en plena etapa de simulaciones por parte del salinismo "químicamente puro" que intentó siempre justificarse luego de la ilegítima asunción presidencial de 1988. Ya no cabe duda alguna sobre el fraude electoral de aquel año, como no la habrá acerca de los comicios de 2006 cuando llegue la hora del juicio definitivo. Pues bien, le pregunté entonces a Carpizo por qué los delitos electorales no eran motivo de interés y seguimiento por parte de la incipiente institución defensora de los derechos primigenios. Dudó, por unos instantes en los que abrió y cerró los ojos con rapidez, y me soltó una aseveración inolvidable:
-Bueno, sucede que para las cuestiones electorales ya existen tribunales y órganos específicos encargados de la defensa de los derechos de la ciudadanía.
Tal fue el argumento que, desde luego, no me convenció. En la misma línea, todas y cada una de las afrentas contra los seres humanos -desde genocidios hasta persecuciones desde el poder-, tienen canalización aparente hacia tribunales y finalmente hacia la Suprema Corte de Justicia, por lo que cabría entonces concluir que la Comisión señalada carecería de solidez ideológica e instit6ucional. Pero, precisamente, es la ausencia de justicia, marcada por las desviaciones y abusos desde la cúpula de los mandantes, la que obliga a buscar otros refugios destinados a elevar las garantías de quienes, como seres libres, merecen ser tratados con todas las consideraciones de la civilidad.
Aquella Comisión, que se mantiene con pocos frutos y mucho ruido, fue la aportación de un gobierno cuestionado desde los foros internacionales por la evidente ausencia de democracia en las decisiones generales. Salinas intentó con ello una especie de bautismo histórico para redimirse del pecado original, el del fraude electoral, y aspirar a un nicho respetable. Para algunos, los beneficiarios de aquel sexenio, lo logró; para la mayoría, en cambio, el personaje encarna todos los vicios del llamado sistema político mexicano, incluyendo, desde luego, el complejo tema de la sucesión presidencial.
De igual manera, Salinas hizo nacer al Instituto Federal Electoral para dotar de cierta autonomía -su primer titular fue el mexiquense Emilio Chuayffet Chemor, quien sería premiado, luego de su paso por el incipiente organismo electoral, con la gubernatura del Estado de México, primero, y la titularidad de la Secretaría de Gobernación, después, en plena y franca colusión de intereses-, al órgano rector de las contiendas proselitistas luego de que el Consejo Electoral, presidido hasta entonces por el secretario de Gobernación, sucumbió por las torpezas operativas y los descarados desplantes antidemocráticos de Manuel Bartlett, precisamente en 1988, a favor de Salinas. Ahora este sujeto es estandarte de una izquierda sin memoria. Para sentir náuseas.
No dudamos que el IFE, pese a todo, significó un avance hasta 2000 cuando se prohijó la primera alternancia, pero después también se envileció con la prepotencia y la actitud sumisa ante las consignas del Ejecutivo federal que confluyeron hacia las desaseadas elecciones de 2006. No hay credibilidad en una instancia que, de entrada, convierte a consejeros y representantes partidistas en una especie de concilio de monaguillos dispuestos a encontrar el protagonismo a costa de los candidatos y sus organismos políticos. Como ahora, cuando se han dado el lujo de mermar la libertad de expresión hasta convertirse en una nueva, innecesaria fiscalía lista a revisar con microscopio los derrapes de los adversarios al régimen mientras cierran los ojos cuando se trata de los aliados. De multa en multa, más parecen -los consejeros- aquellos viejos "mordelones" que nos hacían la vida imposible por su voracidad a través de todas las rúas de la capital.
Observemos, igualmente, el derrotero del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE), que se arroga la calificación de los comicios, condición que antes era exclusiva del Legislativo aun cuando los insaciables "mayoriteos", afines a los mandatarios de cada época, imponían las consignas al raciocinio, incluso las vendettas al sentido común. Sólo que el remedio, el TRIFE, resultó peor a la enfermedad. Saquemos cuentas:
1.- Antes, quienes eran declarados electos como diputados y senadores, podían defender sus propios casos, en el seno de l que se conocía como Colegio Electoral, y enfrentar las denuncias respectivas sobre irregularidades y vicios; por desgracia, insisto, esta opción fue mancillada por el presidencialismo autoritario que señalaba líneas a "sus" legisladores que hacían mayoría... hasta que los escenarios cambiaron en 1997 cuando el PRI no alcanzó a contar con la mitad más uno de los diputados. Entonces vino una etapa paralizante que culminó, al fin, con la segregación del Legislativo y la creación del TRIFE, integrado sólo por siete sabios -y ya no por quinientos congresistas potenciales-, quienes responden a sus peculiares puntos de vista bajo el refugio de una máxima que hace "inatacables" sus dictámenes finales, como el vergonzoso de 2006 cuando se consideró que la ilegítima intervención presidencial en el proceso no había sido "determinante" para el resultado final, una farsa casi tan grande como el mandato y posterior lapso de Calderón en la Presidencia. La historia será terrible cuando lo juzgue.
El hecho es que siete reemplazaron a quinientos. Y visto así este ejercicio no puede invocarse a la democracia de modo alguno; al contrario, percibo un tremendo retroceso, insisto, aun considerando los vicios del mayoriteo que bien pudieron atajarse y combatirse desde otras perspectivas y no a costa de aumentar la burocracia electoral -con sueldos millonarios- a favor d supuestos juristas irreprochables. ¡Ay, si todos los amables lectores conocieran algunas de las historias de los Magistrados y Ministros de la Corte! Algu8nas de ellas están recopiladas en "Nuestro Inframundo" -Jus, 2011-, escrita con la visión mexicana que se antepone al oportunismo de la trepadora argentina a la que tanto ruido le hacen los imbéciles que no se percatan de los pretendidos aires de superioridad de quien, desde Miami, pretende dictarnos lecciones de periodismo para cuestionar a los actores gubernamentales. Por favor.
El oro se trocó en bronce y sepultó a los mineros, es decir a los constructores de la incipiente democracia nuestra. Tal ha sido, en resumen, la peor de las trampas concebibles.
Debate
Las campañas en pos de los seis gobiernos estatales amén de la jefatura del gobierno defeño, se han convertido en pugnas entre dos bandos fuertes a costa de una tercera alternativa. En Yucatán, Guanajuato, Jalisco y Morelos, la pelea clara se da entre el PRI y el PAN con muchos recovecos; en Tabasco y el Distrito Federal, las cumbres tienen los signos del PRD y el PRI; y, finalmente, en Chiapas, el PRI se bifurca tanto como los intereses foráneos y la capacidad de quienes entonan el canto de las alianzas. Sin duda, en esta última entidad, tan entrañable para este columnista que se enorgullece de sus amigos chiapanecos, es donde la confusión es mayor por la intervención directa de Enrique Peña Nieto en el proceso, a costa de relegar a las corrientes locales.
La polarización, por lo menos en México, es enemiga de la pluralidad porque segrega a la clandestinidad a los liderazgos naturales -que muchas veces confluyen hacia partidos y alianzas alejados de sus ideologías-, y anula la capacidad de la ciudadanía por optar entre distintas fuentes de opinión política, no entre dos que muchas veces son reflejo la una de la otra.
En Jalisco, por ejemplo, en diversas ocasiones escuché que el panismo vernáculo actuaba como el antiguo PRI y viceversa; otro tanto ha venido sucediendo en Guanajuato, la de los Fox, en donde la estructura territorial que antes fue del PRI se la apropió el PAN con severos candados para evitar fracturas. Por ello, en estas dos entidades la confrontación política, de cara al primero de julio, acaso pondrá las bases para el futuro del país en su conjunto, sea para refrendar la continuidad o para alcanzar derroteros distintos y eficaces.
La Anécdota
En Tabasco todo puede suceder, incluso que Arturo Núñez Jiménez, quien fuera subsecretario de Gobernación de la mano de Ernesto Zedillo, aspire al gobierno de su entidad representando al PRD de quien fue su antagonista, Andrés Manuel López Obrador.
Las fuentes del poder en aquella entidad siguen siendo las mismas. Dicen que los tabasqueños no olvidan a dos figuras claves: Tomás Garrido Canabal y Carlos Madrazo Becerra. Pero hay más, desde luego. En 1999, próximo a dejar la dirigencia nacional perredista, le pregunté a López Obrador qué pensaba hacer en el futuro; y éste respondió con una sonrisa:
--Pues me iré otra vez a Tabasco... que es un edén.
Quizá si lo hubiera hecho, desde allí habría construido otra leyenda y otras serían las consecuencias.
PASAN LAS SEMANAS Y EL ESPIONAJE SE VUELVE MAS ACTIVO A PESAR DE LAS DENUNCIAS INTERPUESTAS. ¿SIRVE PARA ALGO LA FISCALIA ESPECIALIZADA EN DELITOS CONTRA LA LIBERTAD DE EXPRESION?