'Yo comencé la broma...'

Opinión
/ 25 julio 2012

Me llegó un correo de una agrupación fantasma, "Claridad Ciudadana", que informaba sobre el deceso de Reyes Flores Hurtado, otrora líder del PAN en Coahuila y experto en huelgas de hambre light.

En el texto se detallaba que a consecuencia de la descompensación por el prolongado ayuno que inició -en protesta contra las irregularidades de la pasada elección-, Flores Hurtado habría sufrido un paro cardiorrespiratorio en su traslado al hospital.

Caí rotundo. Pero tal como se difundió al día siguiente, el abogado panista se encontraba famélico pero en buen estado, hambreado pero contento.

La broma funcionó.  No sé cuántos más se habrán tragado el embuste, pero yo hasta reconsideré por un rato mi concepto del supuesto inmolado. Me dije: o su organismo no le respondió como tenía previsto o esta vez de verdad estaba comprometido con la causa que decía enarbolar.

Y es que ya una vez, luego de un desastroso y adverso resultado electoral, Flores Hurtado intentó amagar con el fantasma de la abstinencia alimentaria.

Claro, advirtió que no probaría bocado hasta que su salud se lo permitiese, dando al traste con la esencia de esta forma de presión política extrema.

Como apuntamos en su momento, montar una huelga de hambre significa amenazar con la posibilidad del propio deceso a un régimen que no satisface nuestras demandas.

Pero anunciar que es sólo un ayuno temporal en el que no se está dispuesto a comprometer la existencia, son ganas de dárselas de héroe sin arriesgar el físico.

No estoy diciendo que Reyes Flores se inmole (en todo caso que se incendie con gasolina y así desocupa espacio más rápido, pero no).

Lo que digo es que quien inicia una huelga de hambre, para ser tomado en serio debe actuar en serio y esto significa llevar esta protesta al límite. Por eso son poquísimos los que recurren a esta medida de presión política, porque se trata de un último recurso.

Quienes logran un cambio o mueren en el intento mediante el autosacrificio se ganan en automático un sitio en la Historia. Pero insisto, no cualquiera le puede hacer al Gandhi, porque una cosa es "hasta que el cuerpo aguante" y otra muy distinta "hasta que el cuerpo expire" y la verdad es que la primera no le interesa a nadie.

Así que si don Reyes Flores fue objeto de una cruel y macabra broma, quizás deberían preguntarse si no fue él quien la comenzó. Y mejor aún, debería sencillamente admitirlo:

"I started a Joke." (yo comencé una broma.), podría canturrear mientras los Bee Gees le hacen los coros (o el grupo Pegasso en su versión en español).

Y es que si la jugarreta que le hicieron a don Reyes "Flágüers" es pesada, lo de él no es ninguna monería: anunciar una huelga de hambre con toda la gravedad que ello implica (por segunda ocasión) poniéndose la camiseta que está reservada para los auténticos mártires, aunque le quede varias tallas más grande.

En este particular y concreto caso de la defensa de la democracia y de la legalidad tras la jornada electoral, los inconformes que están logrando el reconocimiento y la atención pública, se han esmerado por manifestarse en todo momento en un tenor pacífico.

Y así como se rechaza cualquier acción violenta, nadie tampoco está chantajeando con la inmolación, con el auto flagelo ni el sacrificio de la propia integridad.

Lo de Reyes Flores es más bien un número ensayado, emparentado con los desvaríos de aquella autodenominada artista del performance, Rocío Boliver, alias "La Congelada de Uva", quien evacuó el intestino encima de una foto de Enrique Peña Nieto en pleno Zócalo capitalino.

Y con estos actos de circo de fenómenos, ¿para quién cree usted que se busca llamar la atención? ¿Para una causa? ¿No será más bien colgarse de la causa para adjudicarse algo de notoriedad?

¡Exacto! Y Reyes Flores sólo puede estar buscando ruido para sí y para su partido, ya que en nada contribuye con su tenderete a la lucha democrática.

Si el PAN de verdad quiere fungir como oposición, solidarizarse con el sentimiento de indignación  que ha movilizado a un segmento notable e importante de la sociedad, debe dejar de actuar como desposeído y demostrar que busca también legalidad y justicia, no restitución partidista.

Con todos sus años, el PAN tiene mucho que aprender de un montón de chamacos que sin organización formal hacen más por canalizar la inconformidad popular y uniformarla en una misma voz reconocible.

Que Reyes Flores se deje de bromas y el panismo se comprometa realmente con la lucha por la única causa común: la justicia.

petatiux@hotmail.com




Columna: Nación Petatiux

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