Premios literarios

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Los premios literarios sirven para darse una idea de la salud de una literatura; pero no sólo por los libros o autores que los reciben, sino por el tipo de los premios en sí. Según parece, ahora mismo la industria de la literatura escrita en español no es de las más sanas.
Hablemos de novela, el género más popular. Con excepción del Rómulo Gallegos, prácticamente no hay premios relevantes que se entreguen a una novela ya publicada. Todos se entregan a novelas inéditas, o al conjunto de novelas de un escritor.
En teoría, el primer tipo de premios sirve para "descubrir" a nuevos autores, o para dar un espaldarazo importante -dinero incluido- a los ya publicados. Algo que, con lo difícil que es ganarse la vida tan sólo escribiendo ficción, siempre es de agradecer.
En la práctica, sin embargo, estos argumentos pierden densidad, porque estos premios suelen ser simplemente máquinas de promoción para escritores elegidos de antemano, algo que sucede especialmente con los de mayor dotación económica. De ahí el escepticismo que causó el recién creado Premio Nuevas Letras de Novela, convocado por Sanborn's y Grupo Planeta: ojalá que la obra ganadora de su primera edición sea muy buena, para que a su autor se le vea como algo más que el hijo de Enrique Krauze.
Los premios al conjunto de una obra, por su parte, sirven para reconocer la aportación global de un escritor a la literatura. Pero ya que en la práctica suelen rayar en la obviedad y resultar repetitivos hasta el hartazgo, no está de más preguntarse qué sentido tienen a estas alturas.
Hace unos días, por ejemplo, se entregó el Premio Internacional Carlos Fuentes, también por primera vez. ¿Y quién lo ganó? Ta-da: Mario Vargas Llosa.
Si hablamos de los escritores, ¿cuántos premios necesitan para sentirse colmados, queridos, admirados y justificados?
Si hablamos de los premios, ¿no se dan cuenta de lo cursi que resulta darle otro a un autor de ese nivel? Propongo que, conforme un escritor vaya acumulando premios y reconocimientos, los de un alcance menor se abstengan para no hacer el ridículo. Si a Vargas Llosa ya le dieron el Nobel, por favor, que no le entreguen también el Carlos Fuentes y el de la Asociación de Lectoras de la Colonia Flores Campestres.
Ahora bien, si se trata de honrar a Carlos Fuentes, repartan los 250, mil dólares del premio en cinco becas a escritores mexicanos con un par de novelas publicadas, para que durante dos años dejen sus trabajos alimenticios y tengan tiempo de escribir con calma otro libro. ¿A que suena mejor?
Por último hablemos del Premio de la FIL, que este año se entregará a Alfredo Bryce Echenique.
Está documentado que el autor peruano ha pirateado no uno ni dos, sino al menos 16 artículos de otros. No hablamos de un fin de semana puntual en que se sentía indispuesto o no estaba de humor, perdió la perspectiva de las cosas y sucumbió a la tentación.
Tampoco se trata de que los textos guarden similitudes: son prácticamente idénticos.
¿Quién iba a decir que el autor de "Un Mundo para Julius" iba a terminar haciéndole al milli vanilli?
Pero no me interesa entrar en los motivos que tuvo para robar el trabajo de otros; allá él. La pregunta es, ¿en qué estaba pensando el jurado?
Simplemente, no se premia a un escritor que se alejó de la norma más elemental de su oficio, que es la de crear sus propios textos, por humildes que sean.
@luisalfredops
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