¿Y qué nos van a dar a cambio?

Opinión
/ 2 octubre 2015

Todo está en punto para que hoy, mañana, termine de dictaminarse la Reforma Hacendaria que quería el gobierno del presidente Peña Nieto y soñaba el PRD. Bien por los acuerdos, qué bueno que se limaron capítulos arteros (colegiaturas, hipotecas). El problema es que al grito de ¡que paguen más los que más tienen!, gobierno, PRI y PRD se lanzan al abordaje de miles de millones de pesos sin comprometerse a nada concreto.

El coordinador de los diputados del PRD, Silvano Aureoles, me dice desde un estado anímico cercano al placer, que quienes ganen más de 85 mil pesos mensuales acabarán pagando 35 por ciento de impuesto sobre la renta. Le pregunto a cambio de qué. Responde que eliminarán el gasto superfluo, el gasto será más eficiente, habrá más transparencia.

-Retórica, Silvano, eso es rollo para convencerse a ustedes mismos. ¿Caminaremos tranquilos por las calles, tendremos transporte público de excelencia, se desdibujará pronto el paisaje de pobreza?

-Nosotros haremos los instrumentos y veremos cuál es la propuesta del gobierno en el presupuesto de egresos -se escabulle.

Más dinero ¿para más Graniers, Moreiras, líderes sindicales sinvergüenzas, alcaldes de octava? Ojalá me equivoque, pero la famosa Reforma Hacendaria será un procedimiento fácil para que los políticos tengan más dinero, impulsen algún programa social exitoso y punto. Ni gasto eficiente, ni transparencia ni seguridad ni reducción efectiva de la pobreza.

Preparémonos, pues, para una semana de autoelogio gobiernista, priísta y perredista. Porque, como Silvano, parece que traen muchas ganas de celebrarse a ellos mismos.

Y de llamar a esto una reforma estructural.




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