El eslabón perdido
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El debate tiene cerca de 100 años. ¿Cómo evolucionamos de simios a humanos? Mientras que todas las especies modernas han seguido diferentes caminos evolutivos, los seres humanos compartimos un ancestro común con algunos primates, como el simio africano. Pasar de simios a humanos de acuerdo con la ciencia, ha sido un proceso evolutivo que comenzaría hace unos 6 millones de años; una nada si tomamos en cuenta la edad de la tierra tasada en 5 mil 400 millones de años.
La ciencia ha dejado en claro que la rama de la familia biológica de los homínidos incluye a los humanos, chimpancés, gorilas y sus antepasados extintos, entre ellos aquellas especies después de que el linaje humano se separó del de los chimpancés. Para entender esto, habría que remitirnos a uno de los mayores descubrimientos que nos han ayudado a entender esto y que fue el realizado en noviembre de 1974 cuando en la región de Afar, en Etiopía el paleoantropólogo Donald Johanson descubrió un ancestro humano.
No era Eva sino Lucy, un esqueleto de más de tres millones de años, el homínido más antiguo que se había encontrado. Lucy pertenecía a una nueva especie llamada Australopithecus afarensis; tenía dientes más parecidos a los de un ser humano que a los de un simio y podía caminar erguida, como un humano. Sus rodillas y tobillos también reflejaban que caminaba en dos pies. Levantar la vista y caminar en dos patas es un rasgo exclusivamente humano y fue una de las presiones selectivas que empujó a la humanidad hacia adelante.
¿Pero qué siguió de Lucy? A la ausencia de descubrimientos, algunos pomposamente le llamaban El eslabón perdido, un concepto que pensaba que los ancestros humanos formaron una especie de cadena única que retrocede en el pasado más remoto. Este eslabón perdido podría salvar la división evolutiva entre los primates superiores, como los monos, simios y humanos. Para los científicos, era la prueba concreta de la relación entre los humanos y los simios, con una gran salvedad: Esa prueba está o estaba perdida.
El término eslabón perdido fue utilizado por primera vez en 1851 por el mentor de Charles Darwin, Charles Lyell, para describir las muestras de fósiles que había encontrado. Ocho años después, Darwin publicó El origen de las especies, en la que, contrariamente a la creencia popular, nunca usó el término al describir sus teorías sobre la evolución.
Un eslabón perdido poseería el intermedio, esto es, propiedades evolutivas de ambos rasgos originales de los antepasados y los rasgos de los descendientes evolucionados, por lo tanto, sería una muestra clara de la conexión entre los dos.
Pero hace unos días, la revista Science publicó los descubrimientos hechos por un equipo internacional de arqueólogos que cree haber encontrado en África lo más parecido a esa persona: el miembro del género Homo más viejo hallado hasta la fecha, que nos envejece como especie medio millón de años. Se trata de un ancestro de Lucy, que vivió hace casi tres millones de años.
Los científicos creen que quizás se trate del eslabón perdido, la pieza que resuelve el rompecabezas de casi un millón de años de completo vacío. Este fósil es hasta ahora, el resto humano más antiguo encontrado hasta la fecha y supera en casi medio millón de años al segundo. Su descubrimiento podría aclarar qué ocurrió en un período crucial de la historia de la humanidad, que se conoce mal por la escasez de fósiles. Los resultados de la investigación, presentados en Science, indican que el género Homo desciende probablemente de la especie Australopithecus afarensis a la que pertenece Lucy.
Ya veremos que nos dice la ciencia al respecto, lo cierto es que a pesar de toda la evidencia científica, aún muchas personas no creen en la teoría evolucionista. Niegan que podemos descender de los simios y la verdad no hay que culparlos. Y es que al ver el comportamiento de los monos y el de los humanos, con nosotros destruyendo al mundo y destruyéndonos entre nosotros mismos como especie, al final muchos podríamos quedarnos con la descripción que el filósofo alemán Friedrich Nietzsche decía de ellos: Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos.
@marcosduranf