Autoridad vs conocimiento

Opinión
/ 30 marzo 2016
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La medible regularidad del sol, la luna, los planetas y estrellas como viajeros en la noche sigue siendo la influencia más importante en la conducción de los asuntos humanos. Es el universo mecánico de causa y efecto. Un reloj en el cielo.

¿Acaso este es el universo en el que vive Jaime El Bronco Rodriguez? ¿O es parte de una nueva generación que encontró su nicho en otro universo de reciente creación? Los siguientes seis años dependen de la respuesta. Lo planteo claramente y a tiempo para que no me salgan con que nunca supimos o no entendimos.

El universo como reloj es el universo de Newton, el de la física y la química. Inclusive Einstein creyó en el universo predecible, eterno y estático, hasta que la evidencia de galaxias viajeras y del Big Bang lo pasmó: hubo un inicio, ¡una creación como la Biblia ya lo decía!

En política el Big Bang del universo valió queso. Desde el siglo XVIII la Iglesia y las monarquías europeas se agandallaron la Ley de Gravitación Universal. Era prueba del orden divino, delegado a la Iglesia y a los monarcas, operando en tandem como sus infalibles representantes para gobernar al pueblo.

Tras la revolución industrial (producto de Newton) la fuerza laboral demandó demo—cracia (inventada en Grecia). Democracia o no, la pirámide de autoridad sigue intocada. El que gasta manda; v.gr. el Poder Ejecutivo de Peña Nieto.

Además de la Iglesia —una estructura eminentemente jerárquica, basada en autoridad absoluta y obediencia ciega— las estructuras empresariales son dominadas por los administradores que también tienen el derecho de mandar y hacerse obedecer, a como puedan. El esquema está muy diseminado.

De pronto llega un segundo Big Bang.

Todos los gobiernos del planeta son sacudidos por el Big Bang de la Era de la Información. Es la aparición de otra ciencia llamada cibernética, la del control y comunicaciones que pone las pirámides de cabeza: ¿la raza manda?

Desde 1947 para acá ha estado tumbando barreras en todo. Desde psicología, motivación y educación hasta sociología.

En tecnología produce: servomecanismos, computadoras, satélites de luz infraroja, teléfonos inteligentes y fanstásticos robots y drones.

Impacta la organización empresarial también. Las grandes, importantes y modernas empresas como Google, Apple, Microsoft, Amazon son producto de ella y a la vez portaestandartes de un nuevo estilo de administración. Todas rechazaron la autoridad como principio de gobierno y lo cambiaron por otra cosa. ¿Cuál? Pausa para pensar. No ver abajo por un momento. ¿Cuál será?

Conocemos únicamente gobiernos organizados con base a autoridad apoyados por creencias, dinero, ejércitos o policías.

Ciudadanos gobernados por miedo. Y en shock por crisis de valores y el valor del peso.

Las empresas capitaneadas por administradores autoritarios —entrenados por las enseñanzas de la revolución industrial de tiempos y movimientos— están desapareciendo: adiós Kodak, Enron, Nortel, Lehman Brothers y muchas otras.

La revolución en el gobierno, la revolución que viene y nada la detiene es la revolución del conocimiento. Nuevo León la intuyó. Es el Gobierno basado en inteligencia. No es el mando de la raza, sino las mejores ideas que ésta puede producir.

Francamente vale gorro quienes van al gobierno. Si provienen del paradigma burocrático estamos fritos antes de arrancar.

Los sistemas prevalecen sobre las personas. Solo habilitando —entre todos— al nuevo universo de la información y el conocimiento haremos la diferencia.

Hay una esperanza. El Bronco rompió con el paradigma de obediencia ciega para abrazar el paradigma del poder de la información, redes sociales, al demostrar ser un innovador en materia electoral.

¿Procederá a hacer un gobierno basado en autoridad o en conocimiento e inteligencia? En la respuesta tiene puesta la vista todo el País.

javierlivas@prodigy.net.mx


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