Agenda de pendientes

Opinión
/ 5 febrero 2023
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Este inicio de año y como todos los años y todo el tiempo, hay pendientes. Hartos pendientes de vida. Y sí hay pendientes, pues hay eso, vida. Tiempo y deseos de abordarlos y de no irnos de esta vida sin terminarlos y dejarlos lisos en el calendario. Decía en un viejo libro el maestro Gabriel Zaid que un libro comprado, un libro adquirido y puesto en nuestra biblioteca, era un anhelo de lectura. Y que era intrascendente y poco caballeresco eso de que hay que terminar la lectura de dicho libro para adquirir el siguiente: no.

Es necesario comprar todos los libros que nos interesan y sin asustarnos, irlos apilando en nuestras estanterías por un motivo: son un buen plan de vida y lectura. El cual claro, hay que cumplir conforme a nuestro plan de vida. Pero nada más placentero el desear el momento en iniciar la lectura del nuevo libro que nos espera. ¿Nos esperan demasiados libros? Mejor aún, es menester entonces aferrarnos a esta vida que se escapa de las manos.

El anterior liminar viene a mi pálida materia gris por la cantidad, ingente cantidad de pendientes que tengo en mi vida. Pendientes de todo tipo de estatura, pelaje y dotación. Tengo muchas, muchas lecturas por atender. Lo anterior no me asusta, insisto, sino que es un acicate para mis cansados ojos. Pero, creo van a aguantar. A continuación y rápidamente, una rápida y anárquica selección de los libros que tengo en fila india para su lectura y comentario en estas generosas páginas de VANGUARDIA.

A finales del año pasado el editor y columnista, el aguerrido José Guadalupe Robledo (“Patrón” le digo siempre que lo saludo, creo que usted lo sabe, por lustros, por lustros escribí en las páginas de su medio de comunicación legendario, “El Periódico de Saltillo”), hizo favor de mandarme su libro “Mis sexenios”: Aunque había publicado en partes esta centáurea crónica de sus andanzas a matacaballo en siete sexenios en Coahuila y siempre como protagonista de primera fila en su medio de comunicación y en otros medios de Coahuila, ahora el libro se agradece porque es precisamente la recopilación de dicho material: del sexenio de Eulalio Gutiérrez Treviño al sexenio de Humberto Moreira.

¿Quiere usted entender el Coahuila de hoy? Hay que leer este libro. Y resulta lo de siempre: es un periodista, no un politólogo, no un sociólogo y menos un historiador (se ocupan del pasado remoto para no comprometerse con la crítica y los problemas del estado de las cosas de hoy. Pero, su labor debería ser estudiar las cosas del pasado y su incidencia e influencia hoy en día precisamente), quien pone el dedo en la llaga de un Coahuila siempre necesitado de guías, faros y personajes señeros.

En el feudo de Salvador Hernández Vélez (Universidad Autónoma de Coahuila) y en el espacio académico de la Facultad de Jurisprudencia del director Alfonso Yáñez Arreola, se presentó recientemente el libro “Repensar la democracia”, volumen 1, con el acertado subtítulo de “La democracia liberal, democracia fallida” del intelectual y famoso académico mexicano Adolfo Orive. En este momento, en este justo momento en que la democracia a los jóvenes estudiantes o no, ya no les “dice” ni les “sabe” a nada, aparece este buen libro que viene a enriquecer el debate no sólo sobre la democracia, sino que viene a nutrir un espacio de reflexión de vida y academia.

ESQUINA-BAJAN

Tengo otros pendientes igual de serios y voluminosos: reseñarle aquí (ya tengo los borradores) en una saga de al menos tres textos, la novela y película “La mejor oferta” de Guiseppe Tornatore. La película debe ser de 2013 o 2014. El libro, la novela que tengo en la mano la cual fue precisamente la base del guión que se filmó con gran éxito mundial, está editado para Anagrama en el 2014. Y la cosa es de esos extraños textos: no sé cuál está mejor. Si la película o la novela. Incluso pienso en una trama retorcida (le repito, ya tengo los tres borradores de los ensayos): ambas se complementan y se necesitan entre sí. ¿Vio usted la película, ya leyó el libro? No se los pierda.

En anterior texto le platiqué un poco de una novela la cual se volvió muy popular por un motivo: Netflix la filmó para su plataforma. Y si Netflix lo hace, es un éxito de imagen, aunque luego, nadie la lea. Pero, los derechos de autor son millonarios. Hay ya muchos casos al respecto. Dos de ellos harto sobados: los jóvenes y los viejos quieren becas como “escritores”, quieren aprender a jugar impecablemente al ajedrez para imitar la serie de Netflix, “Gambito de Dama”, pero nadie, nadie pregunta por la novela y pocos la leen, de la autoría de Walter Tevis.

Los que se entretienen platicando con sus dedos (picarle a Internet) dicen que los resultados son los siguientes: el ajedrez y la mejor manera de jugarlo es lo que domina la búsqueda. Pero nadie lee la novela. Es el mismo caso de “Alta Fidelidad”, de Nick Hornby. Enfermo con los acetatos o vinilos, hizo una novela de antología en inglés... que no se puede leer en español por estar traducida al caló de España, no al “lenguaje” latinoamericano. Gerardo Blanco Guerra, asaz lector, se ha quejado agriamente de las terribles traducciones de Anagrama.

LETRAS MINÚSCULAS

“La tierra entera es nuestro hospital”, verso de T. S. Eliot. Perdón por insistir, este ya no es mi mundo: es mi dispensario, luego mi tumba.

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