Agua sin gobernanza, culto a la polarización y remesas violentadas
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AGUA
El 22 de marzo se celebró el Día Mundial del Agua. El agua es fuente de vida, constituye una transversalidad, es decir, afecta para bien o para mal todos los aspectos de la vida en el planeta. Las cifras resultan escalofriantes, nada qué celebrar, mucho que atender y remediar.
Doce millones de mexicanos, treinta y siete millones de latinoamericanos y dos mil millones de seres humanos, es decir el 26 por ciento de la población del mundo, carece de agua potable. El 46 por ciento de la población mundial carece de instalaciones básicas de saneamiento. El 72 por ciento del agua del mundo y el 76 por ciento del agua en México, se utiliza en actividades agrícolas.
A decir del IMCO, el 46 por ciento del agua entubada en el país se pierde por fugas en las redes. Ignoramos dónde está toda esa agua, a dónde va a parar. El 80 por ciento del vital líquido resulta contaminado por descargas industriales. Estos datos nos demuestran la incompetencia y corrupción de las autoridades supuestamente responsables de la gobernanza del agua en México.
Los principales responsables del despilfarro de agua son los grandes usuarios: agroempresas exportadoras, cerveceras, refresqueras, embotelladoras, lecheras, mineras, cementeras, acereras, constructoras, industrias metal mecánicas, etcétera. Las cifras globales dejan ver con toda claridad que los mayormente afectados por la escasez son los pobres, pero también que falta una conciencia del cuidado del agua en todos los niveles sociales. Nada de lo hecho hasta ahora ha servido para generar esa conciencia. Los discursos suenan huecos, el egoísmo triunfa, como sucede en todos los rubros de la vida humana.
POLARIZACIÓN
López Obrador convocó a sus seguidores al zócalo capitalino. Presurosos, acudieron a rendirle pleitesía. Protagonizaron un sacrificio ritual y quemaron en efigie a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Piña. De pasada, AMLO recomendó a sus adversarios que no vayan a llorar a Estados Unidos porque allá nadie les va a hacer caso.
AMLO recordó la historia y se comparó con Lázaro Cárdenas, aunque se puso por encima de él. Como hiciera Cárdenas con Roosevelt antes de la Segunda Guerra Mundial, AMLO sabe que Estados Unidos enfrenta problemas mayores que sobre ocuparse de México. Sabiendo que no somos prioridad, sigue una regla sencilla, ser fiel al Gobierno estadounidense en lo esencial para obtener a cambio tolerancia a los caprichos que le plazcan de puertas adentro. Para Estados Unidos, China y Rusia son las verdaderas prioridades. Lo demás, es secundario y AMLO lo sabe.
AMLO rememoró que Cárdenas se vio obligado a apoyar a Ávila Camacho, un moderado, para llevar la fiesta en paz con los adversarios internos del sistema. Pero AMLO no lo hará así, dejó bien claro que pondrá como sucesor a un equivalente de Mújica, a un(a) fiel seguidor(a) de su movimiento, un(a) duro(a). Pésele a quien le pese. Mientras tanto la oposición continúa azorrillada y corrompida sin saber cómo responder al loquito de Palacio.
REMESAS
Según el Banco Mundial los trabajadores migrantes del mundo entero aportaron 794 mil millones de dólares a sus respectivas naciones. México fue el segundo país de la lista con 60 mil millones, detrás de la India que recibió 100 mil millones. En América Latina destacan Guatemala con 18 mil millones, Colombia con 9 mil millones, Honduras con 8 mil millones y El Salvador con 7.5 mil millones.
Comparemos estos 60 mil millones con los 5 mil millones que invertirá Tesla, de Elon Musk, y que acaparó la opinión pública del país, porque se dice que creará 50 mil puestos de trabajo. Pero también están los 42 mil millones que alcanzaron las exportaciones totales de México en 2022 o el total de la inversión extranjera directa que fue de 35 mil millones.
A todos esos los alaban, se les barbea, les otorgan incentivos porque generan empleos medianamente retribuidos, aunque muchos ingresos fiscales van a parar a sus países de origen.
Las remesas, en cambio son una inyección directa a las comunidades de origen, a las familias de los migrantes, apoyan la economía local, generan paz social y estabilidad. En lugar de incentivos y alfombra roja, padecen la corrupción en garitas y carreteras, los asaltan los retenes oficiales y los no oficiales del crimen organizado. Las empresas de transferencia de efectivo cobran comisiones exorbitantes y se quedan con parte de la tajada. A la hora de las medallas a la inversión extranjera, el número uno indiscutible corresponde a la mujer y al hombre trabajadores en Estados Unidos que sostiene a gran parte de México.
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