AIDH: Por 5 años más de amor y dedicación a los derechos humanos

Opinión
/ 3 noviembre 2024

Hace unos días fui designada, por el rector de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), Jesús Octavio Pimentel Martínez, y tras la propuesta del Consejo Consultivo de nuestra institución morada, para un nuevo periodo de 5 años como directora general de la Academia Interamericana de Derechos Humanos (AIDH).

Cada cierre es un nuevo inicio, sin embargo, este nombramiento representa la continuidad de una gran aventura iniciada hace 10 años. En 2014, con una maleta llena de sueños y grandes ideales, dejé mi amada tierra y familia italiana para construir, junto con el fundador, Luis Efrén Ríos Vega, y varias personas aliadas, la Casa Morada: la Casa de los Derechos Humanos.

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Han pasado muchas cosas durante estos diez años. Desde la Secretaría Académica al inicio y, posteriormente, desde 2019, desde la Dirección General, mi equipo de trabajo y yo hemos construido, consolidado y fortalecido un centro de educación que aspira a convertirse en el mayor referente en derechos humanos en todo el continente americano.

No, no nos interesa estar en la cumbre de los rankings nacionales e internacionales más reconocidos. Nos interesa transformar realidades para que todas las personas puedan vivir la vida que sueñan en un mundo más justo, igualitario, solidario e incluyente. Tampoco se trata de un programa político; se trata, más bien, de cumplir con la responsabilidad que deberían tener todas las instituciones educativas: trabajar para transformar la realidad en la que vivimos.

Siempre hemos tenido muy clara nuestra meta: defender los derechos humanos desde la trinchera académica. Mejorar y fortalecer la educación jurídica, en un mundo donde aún existe mucha desigualdad de oportunidades, es clave para ello.

No les niego que a veces se siente mucha frustración e impotencia, especialmente cuando tratamos de superar dinámicas perversas, desafortunadamente tan arraigadas, de las que muchas personas se quejan sólo cuando no son directamente beneficiadas, pero que incluso repiten para tratar de conseguir los mismos privilegios, con una total falta de congruencia.

Sin embargo, cada uno de nosotros decide cuánto poder darle a estos sentimientos de frustración e impotencia. Yo, en lo personal, he decidido quitarles cualquier poder sobre mí y sobre mi trabajo. Los obstáculos no me detendrán. Mi trabajo siempre ha estado guiado por ideales de justicia, y frente a cada situación trato de buscar la solución más correcta para la colectividad, aunque no me beneficie personalmente.

Quizás no todo el mundo lo entienda hoy ni mañana. Quizás nunca. No pasa nada; yo seguiré así, abierta también a aprender de la crítica constructiva y de los errores que he cometido y que, seguramente, seguiré cometiendo.

Soy una persona comprometida y leal, que cumple lo que promete. Ya he cumplido con los compromisos que asumí en 2019, cuando empecé esta aventura directiva. Esto no significa que no sea necesario seguir trabajando en ellos.

En estos próximos 5 años, bajo mi dirección, la AIDH seguirá trabajando, en el marco de sus competencias, para y con las víctimas de violaciones graves a derechos humanos, para que sus derechos sean protegidos, garantizados y reivindicados, su voz escuchada y su memoria honrada mediante nuestros proyectos, programas e investigaciones académicas.

Asimismo, seguiremos apoyando a las instituciones de los distintos niveles y órdenes de gobierno para fortalecer el Estado de derecho mediante la implementación de políticas públicas relevantes en derechos humanos. Además, continuaremos con la formación de los jóvenes de nuestra sociedad y de todas las personas que, desde un verdadero compromiso, quieran invertir sus esfuerzos para construir una realidad distinta de la que tanto nos quejamos.

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¿Qué ha cambiado hoy respecto a 2019? Hoy, en 2024, contamos con un elemento más: ya estamos formando, desde nuestra licenciatura, profesionales de los derechos humanos que sean competitivos en el mundo global y preparados para los retos y desafíos que tendremos que enfrentar en el presente y futuro próximo, para que los derechos de todas las personas, sin exclusión alguna, sean reivindicados y protegidos.

Estoy segura de que, en los próximos cinco años, la AIDH se consolidará como el mejor referente en educación en derechos humanos en las Américas, y lo lograremos con los mismos elementos que han caracterizado hasta ahora nuestro trabajo: pasión, esfuerzo, disciplina y compromiso hacia la causa más importante: la de los derechos humanos.

La autora es directora general de la Academia Interamericana de Derechos Humanos

Este texto es parte del proyecto de Derechos Humanos de VANGUARDIA y la Academia IDH

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