Alito Moreno, el último tartufo del PRI y su infame perestroika

Opinión
/ 21 julio 2024

A menos que impidan la reelección de Alejandro Moreno Cárdenas, alias “Alito”, como presidente nacional del PRI, este campechano será el último dirigente del partido y también su enterrador. Peor que Jesús “Chucho” Zambrano, el sepulturero del PRD, ya bien lo dijo León Felipe: “No sabiendo los oficios los haremos con respeto, para enterrar a los muertos, como debemos, cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero”.

Aunque el sepulturero Zambrano no es como “Alito” el tartufo. Al menos Chucho fue guerrillero y estuvo preso por sedición mientras “Alito” es émulo de otro crápula que, para desgracia de México, también fue diputado, senador, gobernador y presidente nacional del PRI, Carlos Sansores Pérez. Estamos hablando del padre de Layda Sansores, también diputada, senadora y gobernadora, para maldición de Campeche.

TE PUEDE INTERESAR: ¿Quién agusanó a la Facultad de Jurisprudencia de la UAdeC?

Pero hay que decir que a diferencia de Carlos Sansores y de Chucho Zambrano, “Alito” Moreno es un gamberro igual que Layda y muy similar a Rafael Aguilar Talamantes, alias “RAT”, mismo que fue candidato presidencial en 1994, y “Alito” amenaza con serlo para el 2030, si es que antes no termina con el PRI como “RAT” enterró al Partido Cardenista tras su aventura presidencial. Porque Chucho, RAT y Alito son sepultureros de partidos políticos.

No olvidemos que cada partido va construyendo sus propias ruinas. Y esto lo hacen sus peores militantes y, aunque el PRI haya tenido grandes dirigentes, pocos han sido tartufos y gamberros como Alito y compañía. La evidencia la vemos hoy en la CTM, la central de Carlos Aceves y Tereso Medina, gamberros que ahora abandonan al PRI que todo les dio. Asimismo lo hicieron los del SNTE y la FSTSE y al parecer la CROC está en la imaginaria. “Alito” Moreno y compañía son el combustible de un nihilismo destructivo para el Partido Revolucionario Institucional, donde ya han implementado su corrosiva perestroika, volcados en la rapiña de prerrogativas y plurinominales, de tal modo que el PRI será un despojo político testimonial. A menos, claro está, que un liderazgo de Coahuila luche por su rescate y restauración.

Aunque don Carlos Robles Loustaunau no tenga el ánimo para tomar las calles y protestar. Menos si en la pasada asamblea convalidó a mano alzada al tartufo Alito Moreno, a Carolina Viggiano, Rubén Moreira, Rodrigo Fuentes y ahora al exgobernador Miguel Riquelme, de quien Salvador Camarena, periodista de El País, dice que puede sustituir a Alejandro Moreno, aunque Riquelme sea un senador de minoría, como lo fueron Alejandro Gutiérrez, Jesús María Ramón, Braulio Fernández y Verónica Martínez, pura infantería intelectual y política.

TE PUEDE INTERESAR: Alejandro Moreno, el peleador callejero

Que alentador sería que una fuerza disidente del PRI en Coahuila tomara la calle como lo hacen los inconformes. Regresar a la lucha callejera, retomar el gusto por las pancartas y volver a la retórica democrática de la no reelección. ¡Bienvenido a la pinche calle, querido y vapuleado PRI! ¡A tomar las calles cachorros de la Revolución; Mario Eulalio, Alejandro, Román Alberto, Carlos Román y, el más aguerrido y carismático, Abraham Cepeda Izaguirre!

Aunque se antoja muy difícil que alguno de ellos pueda ser el ingeniero reconstructor del PRI. Recordar a don Daniel Cosío Villegas que en 1968 dijo con respecto al entonces poderoso partido: “Hasta el más experto ingeniero temblaría ante el reto de reparar esta maquinaria pesada, compleja, desbielada, sin grasa y sin gracia, y ahogada en una demagogia barata, hueca y ofensiva”. Como hoy la demagogia barata de “Alito” el tartufo.

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM