Alternativas en el horizonte
Con precocidad y adelanto.
Se abren las ante-pre-campañas y se va abriendo el abanico de las posibilidades.
No solo por el corcholatismo desbocado y los preanuncios de quienes quieren tener ya el pie en el estribo para la carrera cuya pista puede verse, apenas, con telescopio.
También se ven disyuntivas dilemáticas. Que si presidencialismo o parlamento subrayado, que si el consabido partidismo en las riendas gobernantes o la coalición en estreno.
¿Continuidad de la transformación cuaternaria o viraje de reversa neoliberal? ¿Machismo de siempre o régimen desde feminidad? ¿Pluralidad de partidos-trampolín o barniz ideológico de la obsoleta geografía de zurdos y derechos, en un bipartidismo de estancadores o acelerados?
La corriente juvenil, que estrena votación, se marea con los meneos de las desinformaciones en el mar agitado en redes, radio, televisión y encabezados de periódicos.
Se acaba enero como si estuviera acabando ya el dos mil veintitrés. Dos trazos cruzados sobre un logotipo de boleta electoral será la desembocadura de estos ríos ruidosos de propaganda repetitiva.
Unos ya adivinan resultados, desde ahora, con imaginarios votantes cautivos. La raza brava juvenil no es predecible. No se sabe en qué platillo de la balanza estará el peso de su estrenado sufragio. Cada quien apuesta a sumar mayoría triunfante... ¿Cuál será el escenario final?...
Misiles arriba y tanques abajo
Allá van para Ucrania los tanques alemanes Leopard. Marzo y abril serán la primavera de una defensa ucraniana reforzada por tanques alemanes contra nuevos ataques aéreos rusos, de misiles mortíferos.
Y siguen vacíos los asientos que rodean la mesa de coloquios que podría conducir a una verdadera paz. Sigue la obstinación invasora asediando a la resistencia indignada.
Esta generación, diezmada por la pandemia, sigue viendo muchas vidas jóvenes sacrificadas por una belicosidad inconsistente y miope. Retarda la unidad planetaria que excluya enfermizas matanzas inútiles.
Descohetización
El perro descansa al lado del amo en una plaza y, de repente, emprende una carrera desesperada. Acaba de estallar un cohetón. El amo le grita e intenta perseguirlo, pero lo pierde de vista.
Y acá estas dos perritas Schnauzer. Ladran sin cesar y con espanto, al oír los truenos seguidos de los fuegos artificiales cercanos.
Ya hay una iniciativa de que legalmente se prohíba, en estos territorios, ese invento oriental trasnochado y peligroso, no solo por asustar animales sino por dejar tuertos a chavos, quemar a otros y contaminar con humaredas tóxicas.
Que los coheteros tengan otras ocupaciones con apoyo oficial y de iniciativa privada. O que aunque sigan contaminando se queden, por lo menos con los estallidos de colores sin trueno. Que así como se ahuyentaron los tiroteos en las calles, se pueda decir adiós a esta práctica celebrativa que ya no tiene sentido. Bienvenida la descohetización.
Convergencia de diversidades
Esa es la verdadera unidad.
Por ocho días fue ocupación impetratoria de todas las comunidades que reconocen el señorío y la salvación de Jesús, Hijo del hombre.
Sigue la misma tarea para recobrar la unidad interna eclesial, frente a algunas decisiones regionales europeas. La sinodalidad no puede ser pérdida de unidad... Que haya diversidad es gran riqueza pastoral, siempre que no se rompa la unidad doctrinal...
Encuesta Vanguardia
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