AMLO quiere robarle la pensión a tus abuelos... o a ti
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Quitarle su dinero a las personas se llama robo. Y quitárselo porque ya es un anciano de más de 70 años, incapaz de defenderse ante el atraco... bueno, eso se llama de otra forma
No hace falta ser un experto en finanzas, economía o cuestiones contables para tenerlo claro: la transformación de cuarta pretende robarle, literalmente, su dinero a los trabajadores más veteranos de este país. Aunque el Hijo Pródigo de Macuspana se desgañite todos los días tratando de negarlo, desde el púlpito de la misa tempranera, esa es la pura verdad.
Ya en la entrega anterior de este espacio comentamos lo relativo a cómo resulta sospechoso -por decir los menos- encontrarnos con una propuesta de reformas de este calibre al final del sexenio, en medio del proceso de sucesión presidencial y con unas prisas propias solo de ladrones.
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Hoy te explico de forma simple las razones por las cuales, la ruta escogida por nuestro Perseo de Pantano para financiar su “Fondo de Pensiones para el Bienestar” implica, en los hechos, un serio malestar para tu familia.
De entrada es preciso tener una cosa muy clara: el dinero existente en cada cuenta de las Afores -o del Infonavit-, ¡hasta el último centavo!, es propiedad del titular de la cuenta. Es nuestra lana, el producto de nuestro esfuerzo. Unos tendrán mucho, otros tendremos poco... pero es nuestro dinero y solamente nosotros podemos decidir su destino.
Esto último es muy importante tenerlo claro: solamente los titulares de las cuentas podemos decidir el destino del dinero contenido en ellas... y eso incluye heredarlo, regalarlo, donarlo a una ONG dedicada a la conservación del Urogallo Cantábrico... ¡o darlo por perdido!
Y si nos morimos... ese derecho se traslada a nuestra descendencia. Y si no tenemos descendencia entonces sí, el Gobierno puede venir y convertir nuestros bienes en parte del todo colectivo, es decir, incorporarlos al patrimonio común del cual todos -y nadie- y somos dueños.
Pero incluso en esta última circunstancia existe algo para lo cual el Gobierno carece de facultades y constituye una pésima idea otorgárselas: no puede quitarle dinero a una persona concreta para dárselo a otra.
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Esa es justamente la intención de la transformación de cuarta con su expropiatoria propuesta de confiscar las cuentas privadas de los trabajadores, solamente porque han cometido el pecado de volverse ancianos y hace tiempo sus cuentas -el patrimonio suyo y de sus familias- no registran movimientos.
Pero el cinismo de este Gobierno alcanza para mucho y por ello se atreven a plantear, frente a las mentadas y los reproches, cómo lo suyo es pura buena intención y el robo propuesto es, en realidad, un acto en beneficio de los trabajadores... para mejorarle sus pensiones.
La realidad es bien distinta: la propuesta de los morenistas implica robarle su dinero a los más débiles, a los viejos de más de 70 años, para dárselo a otras personas a cambio de su voto.
¡Pero no se apuren!, gritan desaforados los integrantes de la gavilla de facinerosos: si el dueño del dinero lo reclama, se le devolverá... ¿Y cuál es la pinshi necesidad de andarle reclamando al gobierno por robarse nuestro dinero... si basta con dejarlo donde está?
Como decía Facundo Cabral recordando un encuentro entre su mamá y el Presidente de Argentina, en el cual el segundo preguntó a la progenitora del cantautor cómo podía ayudarle: “Con que no me joda es suficiente”.
No hay argumento válido para permitirle al gobierno robarle su dinero a la gente. Si el titular de la cuenta no ha hecho nada con ella... ¡pues impulsen reglas para reforzar sus derechos!, para difundir los listados de quienes se encuentran en esa situación, para alentar a sus familiares a reclamar un patrimonio quizá desconocido.
Pero no...como López Obrador y su pandilla tienen alma de ladrones nada más andan viendo, como los rateros oportunistas, quien descuida la billetera para agandallársela. Seguiremos en el tema.
¡Feliz fin de semana!
carredondo@vanguardia.com.mx