Beethoven en un Lamborghini

Opinión
/ 16 junio 2023
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Leí hace tiempo un libro de cuentos de un gran narrador, señero entre mis autores preferidos. En algún momento la lectura fluida del relato se interrumpió por una imprecisión que me sorprendió no tanto por su ingenuidad como por el desencanto del descuido garrafal (¿o ignorancia?) del autor: escribir que Chopin compuso un “Concierto para piano y violín” (sic) es equivalente a afirmar que Wagner compuso un Concierto para percusiones y orquesta o algún otro desatino de tal magnitud (el violín salió sobrando, se sabe que Chopin compuso dos conciertos para piano y orquesta, pero nunca compuso alguna obra para violín, instrumento que sólo ocupó su atención como instrumento de atril, en la orquestación de sus conciertos para piano).

Quiero aclarar que la estatura del escritor no mermó mi admiración por él en lo más mínimo. La culpa se la achaqué, finalmente, al editor que no se percató de ese absurdo en la trama del relato. Pocos, muy pocos, escritores abordan el tema de la música con una solvencia notable merced a su familiaridad íntima con la música.

El autor que de inmediato acude a mi mente es Thomas Mann (1875-1955) y su monumental novela Doktor Faustus (1947), en el que su personaje principal, Adrian Leverkühn, su sino fatal y las reflexiones profundas de la música de Beethoven (v.g. la Sonata para piano Op. 111, no. 32 en do menor) –entre otros aspectos musicales y filosóficos–, discurren por sus abundantes páginas, y en las que notamos la erudición de Mann sobre el tema. Todas estas consideraciones vienen a cuento porque recientemente leí con delectación La reportera roja, del admirable Fernando Fabio Sánchez (Torreón, Coahuila, 1973), publicado por la Universidad Veracruzana (2023).

El libro contiene ocho cuentos que abordan el tema de la violencia y la criminalidad en el México actual, desde nuestro norte entrañable, hasta el sur profundo. Las tramas, el contexto, los personajes, los arcos narrativos discurren en el entramado de la literatura fantástico –género elusivo, pero generoso para quien lo cultiva con veneración–, sin abandonar la crudeza, la “animalidad” de sus personajes y la indolencia en la que estamos ahora fatalmente sumergidos. Un rasgo perceptible en estos cuentos es el sardónico humor negro, en el que sus personajes, y todos los avatares que los circunscriben, desembocan en un desenlace fatal, inevitable. Un par de cuentos se apartan de esta vorágine de violencia y sangre para discurrir en una hilarante historia: admirables piezas narrativas, donde la música se apersona para dulcificar el imperante entorno macabro y sanguinolento. Lamborghini negro es un cuento singular por el habilidoso manejo de la trama que introduce a la música como otro personaje y que determina las acciones y la voluntad de Álex, el personaje principal.

Álex es joven, rico, aficionado a la cocaína, a la velocidad de su Lamborghini y amante de la música, además de ser descendiente de una estirpe de ricos, militares y personajes encumbrados. Un día se sube a su Lamborghini para manejarlo a 300 km x h en las avenidas céntricas de la CDMX, es perseguido por media policía capitalina, sólo para demostrarle al gobernador de la metrópoli quién es el que manda en la ciudad. Toda la persecución ocurre con el fondo musical de la Novena de Beethoven que escucha un Álex sobreexcitado por la cocaína que aspiró antes de salir. Pero el efecto más poderoso en el ánimo jubiloso de Álex lo hace esta magna obra sinfónica coral. Cito un par de pasajes del cuento:

“El segundo movimiento era tan inteligente y a la vez (¿cómo decirlo?) tan humorístico”. “Las percusiones creaban y extendían el espacio para luego desaparecer, porque, en efecto, vaciaban el escenario para que poco a poco las cuerdas fueran dibujando las órbitas con fuego estelar”.

“Era el momento de la creación. La creación de un dios loco, regordete, que antes había manoteado el piano al esconder, humillado ante su propia biología y mundo, el silencio de sus sentidos”.

CODA

“¡La Novena (de Beethoven) es uno de los regresos más asombrosos que ha presenciado la humanidad! ¡Es una de las más grandes victorias de la historia!”. (Álex, en Lamborghini negro. La reportera roja, de Fernando Fabio Sánchez).

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