Campañas: Tiempos de adjetivación despectiva

Se inventan motes, apodos, tipificaciones y etiquetas.

En tiempo de precampañas o campañas precoces se confunde la diversidad con la adversidad. Y la diferencia con la enemistad, la crítica con la exclusión.

Predominan las negaciones y se capta una ausencia de distinciones. Se reparten diagnósticos. Y brillan por su ausencia las terapias con uniforme de propuestas, no de promesas.

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Se acentúa lo dilemático sin término medio ni negociación. Los de esta orilla ven el seis como nueve y los de enfrente ven el nueve como seis. Cada quien se aferra a sus huaraches sin ponerse los del otro. En el peor de los casos, si no hay falta grave, se inventa o se infla.

Se usa el embudo como medida habitual: (lo ancho para mí y para ti lo angosto). Hay abundancia de pajas artificiales en ojo ajeno y escasez de vigas naturales en el propio.

Se olvidan los sustantivos y surge la adjetivación despectiva en múltiple y abigarrada colección. Se llega hasta a no subrayar lo propio por estar tachando lo ajeno. Se presume la propia elección anticipada como si fuera panacea entre venenos.

No se piensa en unidad, sino en unicidad o uniformidad. Se olvida que la verdadera unidad se da sólo entre lo diverso, lo diferente, lo complementario.

SORPRESA Y NOVEDAD

Lo sorprendente y novedoso, que puede admirarse o no creerse, han sido las últimas alianzas y, en varias partes del mundo, los regímenes en coalición. Lo que se presentaba como antagónico se ve ahora como paralelo. Los antes adversarios olvidan sus diferencias con el anhelo de reunir fuerza frente a adversario común. Así resultan las ensaladas de cúspide como gabinetes en heterogeneidad, complementándose al decidir y actuar.

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Una verdadera alianza o coalición gobernante requiere una gran capacidad de diálogo, de conciliación, de esfuerzo para poner en todo, como prioridad, el bien común por encima de las conveniencias partidarias o sectarias.

La transformación política integral es la madurez en la comunicación, la negociación para tomar, en cada situación, las mejores decisiones desde la mejor actitud. Cada ciclo electoral es una oportunidad de entrenamiento progresivo.

RIELES, TREN, VISITAS

En visualización imaginaria vemos transitar desde Torreón rumbo a Monterrey, pasando por Parras y Saltillo, el tren del vino. Un tren moderno y cómodo en el que puede haber comedor, bar y vagón de observación de paisaje. Vagones más austeros y populares y otros de carga. Hay paradas de visiteo en Parras para los viñedos y brindar con sus vinos, y en Saltillo para disfrutar de rico pan, museos variados, comprar sarapes y admirar lugares atractivos, en un recorrido turístico hasta llegar a Monterrey con su esplendor metropolitano.

Algunos lo usarán diariamente como traslado barato y seguro. La mayoría serán visitantes atraídos por tantos centros de interés de esta región norteña. Será el tren del vino. ¡Salud!

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NO SÓLO APROVECHAR, SINO CUIDAR

Es el Creador el que está dando la existencia a todo el universo. Nadie puede darse el ser a sí mismo. Se ha dicho que sería como aquello de que “Lincoln era tan inteligente que nació en una cabaña que construyó con sus propias manos”. De la nada, nada se hace. Nadie da lo que no tiene. Crear es una acción divina que da el ser y todas las potencias evolutivas. Se requiere una primera y única causa encausada. Un ser siempre existente, con poder sin límites y sabiduría en plenitud.

La razón lo alcanza a saber por lógica sin contradicciones y la fe lo cree por revelación confiable. No sólo hay que aprovecharnos de lo creado, sino cuidar la Creación para el bien de la humanidad...