¿Candidato a modo?
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La adulación es un arma que usan personas de espíritus raquíticos para asegurar una posición de privilegio ante el adulado o la adulada. Se encuentran los aduladores en muchos contextos, pero en el que más pululan es en el contexto político.
No hace mucho, en uno de los restaurantes que hay en el edificio que alberga el Senado de la República, estaba compartiendo la comida con el secretario técnico de una de las innumerables comisiones que allí existen. A mis espaldas se sentaron en una mesa contigua un grupo de hombres y mujeres, por sus voces eran jóvenes.
Cada persona en tono adulador hacía comentarios casi apoteósicos sobre alguien que estaba sentado allí. Sin quererlo −porque hablaban fuerte− yo los seguía escuchando. Nunca había tenido una experiencia como esa. Pensé que no cualquier ser humano podría ser capaz de aguantar y menos tolerar tantas adulaciones sin contestar palabra alguna. No pude evitar ver hacia a quién se dirigían todos los comentarios extraordinariamente aduladores: se dirigían hacia el senador morenista Armando Guadiana con el sombrero marca Stetson bien puesto.
En el medio de la política siempre surgen imaginarios en contra de figuras visibles que buscan un cargo de elección popular; en este caso Guadiana, contra algunos pronósticos, será el abanderado de Morena en Coahuila para contender por la gubernatura. Pareciera que a la sombra de AMLO encuadran muy bien personas de su rango de edad. En el caso del hombre del sombrero, éste tiene la experiencia y la edad para ser parte de un Senado al estilo clásico en donde no cabrían menores de sesenta años y, claro, también podría ser un gobernador; pero ante las negociaciones de los Moreira, ¿se le eligió como el candidato idóneo para perder ante Manolo Jiménez, el pre-precandidato que probablemente represente al PRI?
¿O Guadiana dará la sorpresa en una entidad federativa que prácticamente es el último bastión en México del PRI de antaño? Sabemos que muchos expriistas destacados ahora desfilan en Morena, que para algunos analistas políticos es el nuevo PRI. Por supuesto que el voto duro en el partido tricolor sigue vigente y por el momento existe un resquicio en la tribu morenista por las molestias manifestadas por el que se tenía como el presumible candidato de López Obrador, y que por lo visto seguirá despachando como subsecretario de Seguridad federal, pero que dejó en Coahuila a seguidores, como el carbonero Tony Flores, que intentarán malograr las posibilidades de Guadiana.
Todo puede ocurrir hasta que el ganador de la contienda electoral del 2023 sea Armando Guadiana Tijerina, y con esto se acallen las voces que aseguran que es un candidato a modo para que el PRI de Coahuila reciba el agradecimiento del inquilino de Palacio Nacional llevando al poder al joven Manolo y no al viejo zorro del desierto. Aunque todos sabemos que el grueso de los políticos no tiene palabra.
¿Y qué tal si Ricardo Mejía logra desbancar al ganador de la encuesta morenista en Coahuila? Para todo fin práctico, me gustaría que los candidatos que contiendan por la gubernatura de Coahuila compartan sus programas de trabajo, al menos Guadiana y Manolo fueron estudiantes en algún momento del Tecnológico de Monterrey y por supuesto que están capacitados para ello. Pero que se perciba que son proyectos de su autoría, que son realmente suyos y no de asesores iluminados.
Me interesa mucho saber qué piensan los prácticamente candidatos a la gubernatura de Coahuila sobre las energías alternas y el desarrollo sustentable aplicado en la educación, salud y vivienda. Observar qué tan humildes y sensatos son en sus respuestas.