Caso Carlos Manzo: reacciones tardías, soberbia e incapacidad

Opinión
/ 9 noviembre 2025

Manzo lo advirtió varias veces y fue ignorado por la Presidenta y el secretario de Seguridad; por qué hacerle caso a un rústico provinciano que no está a la altura de quienes habitan Palacio Nacional; no tenía caso rebajarse cuando se está en los confines del Olimpo, cuando las encuestas marcan una elevada aprobación, entonces, que se rasque con sus propias uñas. Más aún, por qué respaldarlo si él no era de los nuestros, como sí lo es el dictador de Cuba, a quien le regalamos petróleo.

Ahora, ante el clamor y la justa indignación, se lanza como refrito un plan de emergencia, que viene a sustituir las funciones de una comisión para investigar y resolver el caso, que se inscribe en el marco de una respuesta tardía y fuera de lugar. La presidencia es arrastrada en este vendaval, y lo es también García Harfuch, ante las fallas y omisiones detectadas en la supuesta seguridad que tenía el masacrado alcalde. El desprestigio y la desconfianza los envuelve a ambos.

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El haber descobijado a Manzo fue fatal, pues abrió el camino a sus asesinos. Se trató de un frío e irresponsable desmantelamiento, acompañado de la ausencia de empatía presidencial. ¿Cómo explicar que primero llegaran las condolencias del gobierno de Estados Unidos a la familia de la víctima que las de la señora Sheinbaum?

¿Cuál es el objetivo de las reacciones tardías? ¿Se busca hacer justicia o se trata de ejercer un control de daños a la imagen presidencial? ¿Se pretende cuidar el impacto sobre las encuestas, o de una vez por todas enfrentar a los criminales? Esto último no parece ser prioridad.

Permea una desconfianza creciente en los actos del gobierno del segundo piso, mientras hay indicios que la gobernabilidad de la nación va en picada. Otra reacción extemporánea es la que ha surgido luego de lo sucedido a la titular del Ejecutivo a unos pasos de Palacio. ¿Fue un montaje? ¿Acaso una falla de su equipo de seguridad? O como lo interpretan algunos periodistas, ¿se trata de fuego amigo proveniente del interior de la nomenklatura de Morena, vía Palenque?

Ahora, las militantes del partido en el poder cierran filas en torno a su líder, se muestran solidarias con las mujeres mexicanas, cuando dejaron pasar al menos siete años en los que callaron frente a las violaciones, el secuestro de niñas y jovencitas, en fin, de un sinnúmero de violencia en contra de ellas, a lo largo y ancho del país. Y ante todo ello, Citlalli Hernández, secretaria de las Mujeres en el gabinete presidencial, se limita a emitir comunicados carentes de relevancia.

Ahora se muestran preocupadas y ocupadas, ahora las integrantes del oficialismo van a legislar para proteger a sus similares, ahora actúan con vehemencia y celeridad, y ¿antes que hicieron? Se disciplinaron y callaron durante la gestión de AMLO, un gran misógino. Por todo esto, están desacreditadas y sus reacciones fuera de tiempo no tendrán eco entre la población. ¿Qué pensarán de todo este teatro barato las madres buscadoras, incluyendo a las de Coahuila? ¿La mamá del muchacho desaparecido en un antro de Mazatlán, propiedad del que fuera secretario de Economía en el desgobierno de Rocha Moya? ¿Las ha recibido la Presidenta?

La cabeza fría se vuelve frialdad ante los reclamos de muchos compatriotas que han sido y serán, por desgracia, víctimas de esta creciente marea violenta que se desborda y que parece rebasar las capacidades de quienes llevan —es un eufemismo— las riendas de nuestro país. Por lo pronto, Michoacán está vedado para la Presidenta —¿quién seguirá?—, estado en donde el desprestigio de su gobernador Ramírez Bedolla es evidente.

Redondeo. En el conflicto de Gaza han muerto 68 mil 200 palestinos. Durante el sexenio de AMLO y en el primer año de Claudia, los fallecidos por muertes violentas suman 210 mil mexicanos. Y faltan los desaparecidos. Noroña, ¿por qué no lloras por tus compatriotas?

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