‘Caso Vanguardia’: la justicia federal en la encrucijada

Desde diciembre pasado, Grupo Vanguardia ha venido denunciando las irregularidades en el desarrollo de un juicio de amparo, en el cual somos parte, y cuya sustanciación se encuentra a cargo del Tribunal Colegiado en Materias Civil y Administrativa, del Octavo Circuito, con sede en Saltillo.

Los señalamientos obedecen a la evidente actuación parcial del magistrado Édgar Humberto Muñoz Grajales, responsable de proyectar la sentencia del caso y quien ha mostrado, en forma reiterada, clara adhesión a los intereses de la contraparte.

Una de las evidencias más claras en este sentido, es la “prisa” que ha mostrado el juzgador por resolver el caso, prisa que se exacerbó a partir de que perdió su cargo en la reciente elección judicial, proceso al cual se presentó como candidato con la expectativa de mantenerse en la posición que detenta.

Como lo hemos denunciado, Muñoz Grajales advirtió a los representantes legales de Vanguardia, desde principio de este año, que “daría celeridad” a la sustanciación del caso, a fin de resolverlo en tiempo récord, cuando, de forma ordinaria, un caso así tarda unos 18 meses en ser elevado a sentencia.

La prisa del juzgador se observa nuevamente hoy, cuando el caso que nos involucra ha sido listado en la última sesión que celebrará el referido Tribunal, antes de registrarse los relevos que derivan de la elección de junio pasado.

Muñoz Grajales, parece claro, no quiere abandonar el cargo que aún ostenta sin “cumplir” los compromisos seguramente contraídos con quienes decidió establecer relaciones de complicidad. Por ello, de acuerdo con la información que hemos conocido, ha redactado un apresurado proyecto de sentencia que hoy someterá a la consideración de sus pares.

Nada obliga a la resolución del caso antes de que el Tribunal sea reconfigurado. De hecho, frente a los señalamientos que reiteradamente hemos realizado, lo más sano sería que la resolución fuera dejada en manos de quienes llegarán al relevo.

Por otra parte, está pendiente de resolución una solicitud de atracción promovida ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Una actitud prudente y orientada a apuntalar la imparcialidad del sistema judicial habría implicado esperar a que el máximo tribunal del país se pronunciara respecto de la solicitud formulada.

Lejos de tal posibilidad, Muñoz Grajales ha decidido “apostar su resto” y agendar la resolución del caso en la sesión postrera del Tribunal. Lo único que cabe esperar es que sus pares decidan no acompañarlo en esta decisión y salven, para beneficio de la justicia y de la colectividad, el honor de este órgano del Poder Judicial de la Federación.

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