Ceteris paribus
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“La caída de la economía fue demasiado rápida y devastadoramente profunda, causando que millones de personas perdieran su empleo en tan sólo dos meses. La anticipación a esta debacle económica es la razón por la que la autoridad monetaria redujo sus tasas de interés y comenzó a comprar hasta 120 mil millones de dólares de deuda cada mes. Sin embargo, el rebote económico ha sido mucho mejor de lo que muchos expertos pensaron posible. El ritmo de la recuperación ha excedido las expectativas, con la producción superando su anterior pico después de sólo cuatro trimestres. La recuperación ha sido acompañada de reportes de empleo impresionantes: tan sólo en julio la economía agregó 950 mil nuevos empleos y el ritmo sólo se acelerará en los siguientes meses, gracias a que la vida diaria empezará a parecer cada vez más normal. Con la vacunación incrementándose, las escuelas reabriendo y los programas de apoyo al desempleo terminando, algunos de los factores que mantenían a la gente dudando de buscar trabajo dejarán de ser relevantes. Aunque la variante Delta representa un riesgo de corto plazo, los prospectos son buenos para que siga el avance hacia máximo empleo. Sí, la inflación en niveles actuales es causa de preocupación, pero esa preocupación se reduce gracias a un número de factores que sugieren que esos elevados niveles serán sólo temporales. Los bancos centrales siempre han enfrentado el problema de distinguir entre inflación transitoria o real”. Entre las señales que indican inflación transitoria se incluyen los siguientes puntos:
1. La inflación está ocurriendo en un grupo reducido de productos y servicios afectados directamente por la pandemia. Por ejemplo, los hoteles vieron sus precios caer durante los cierres de 2020 y ahora sus precios comienzan a regresar a niveles normales, lo que refleja, en el papel, que los precios suben mucho.
2. Hay productos que subieron mucho de precio en los que esa inflación se ha moderado. Por ejemplo, los carros usados.
3. No ha habido un aumento desmedido en salarios.
4. Las expectativas de inflación de largo plazo son relativamente normales. Muchas de las encuestas y pronósticos esperan que la inflación de 10 años se ubique cerca del nivel objetivo establecido por la autoridad monetaria.
Ante estas señales, es probable que la autoridad monetaria anuncie planes para reducir sus compras de deuda, pero “no será una señal directa sobre los tiempos en que se den aumentos en tasas, para lo cual habrá que observar condiciones y datos mucho más claros”, dijo el encargado de la política monetaria del país. Sí, dicen que las comparaciones son odiosas, pero es imposible no voltear a ver lo que se hace en otros países, y en particular en otros bancos centrales, en medio de la crisis de la pandemia. Los párrafos anteriores se refieren al discurso que dio el viernes 27 de agosto Jerome Powell, la máxima autoridad de la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos. No podemos negar que México no es Estados Unidos y que el nivel de madurez o complejidad de ambas economías es muy distinto, sin embargo, para un país que ha atado su destino por más de 30 años al de Estados Unidos, y con economistas en su mayoría educados precisamente en Estados Unidos, es sorprendente ver cómo las políticas económicas, y en especial la forma en la que se define y maneja la política monetaria, son tan diferentes.
Pareciera que el libro de texto de unos se actualiza cada año, o al menos en cada crisis, de acuerdo con las circunstancias; mientras, el de los nuestros es un libro de texto estático, atorado en el ceteris paribus de los años ochenta y noventa, una ortodoxia empacada al vacío, donde no cabe nada más. Desde el limitado mandato de Banxico, considerado por muchos más sagrado que la Biblia, el Corán, el Torá, el Talmud y Libro de Mormón juntos, hasta la aparente necedad de estar de acuerdo en ahogar la magra actividad económica para anclar un tipo de cambio que permita importar inflación baja, mientras en casa se siguen protegiendo a sectores enteros con prácticas de cartel o incluso monopólicas. Todo esto amparados por un mandato anacrónico que se enfoca en una supuesta (y muy hueca) estabilidad de precios que convenientemente ignora la parte de buscar “el buen y sano funcionamiento del sistema financiero nacional”. Tal vez sea momento de cuestionar el ceteris paribus y a los talibanqueros centrales que no están alineados con buscar crecimiento y pleno empleo. Hay que insistir en que hacer lo mismo de siempre nos va a arrojar los resultados de siempre y ya alguien dijo que esas pueden ser señales de locura.
@josedenigris