Ciclovías: ampliar, pero también mantener las que ya existen

El Instituto Municipal de Planeación (Implan) de Saltillo ha difundido un proyecto mediante el cual se busca ampliar en 16 kilómetros la red de ciclovías que hoy existen en Saltillo. Se trata de un proyecto que impactará, sobre todo, a las zonas residenciales del norte de la ciudad.

Sin duda es un proyecto al cual debe dársele la bienvenida, pues si algo se requiere, en cualquier zona urbana, es justamente el desarrollo de infraestructura que promueva la multiplicación de los mecanismos de movilidad, en este caso el uso de la bicicleta.

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Lo ideal, de hecho, sería que toda la ciudad pueda recorrerse usando formas de traslado alternas al automóvil. En particular, resulta importante que las personas puedan desplazarse de otras formas cuando realizan recorridos cortos. Adicionalmente, desde luego, se trata de fomentar el uso de la bicicleta −y otros dispositivos− con fines recreativos y de ejercicio.

Paralelamente, sin embargo, es necesario que no se descuide −ni se deje en el olvido− la infraestructura de este tipo que ya existe en la ciudad y conecta otras zonas de la mancha urbana.

Por desgracia, durante los últimos años la red de ciclovías construida en el pasado ha sido descuidada, dejando de lado el mantenimiento que requiere e incluso se ha permitido, en algunos tramos, que los autos la invadan y con ello se contribuya a su deterioro.

De hecho, el documento en el cual se plantea el proyecto, y en el cual se detallan los problemas que buscan resolverse, reconoce de forma indirecta lo que ocurre con los tramos de ciclovía que ya existen en la ciudad:

“...el equipamiento y las señales verticales en la zona son insuficientes para garantizar la seguridad de ciclistas y corredores”, se comenta en el texto, al respecto de algunos tramos que ya operan en los bulevares José Narro Robles y Los Valdez. Pero eso es justamente lo mismo que ocurre en otros segmentos de ciclovía en otras zonas de la ciudad que demandan atención.

Por ello es necesario insistir en que, además de proyectos para incrementar los circuitos en los cuales puede circularse en bicicleta, resulta indispensable el desarrollo de un plan integral para promover mecanismos alternativos de movilidad que desalienten el uso del automóvil particular.

Plantearse un reto de esta magnitud va más allá de simplemente crear más ciclovías que cuenten con todos los elementos para asegurar que quienes las utilicen puedan hacerlo con seguridad. Adicionalmente, es indispensable mantener los tramos existentes y alentar el surgimiento de iniciativas para crear sistemas de alquiler de bicicletas y otros dispositivos para el traslado.

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Más aún: hace falta que la infraestructura urbana se modifique para que estos vehículos puedan trasladarse en el sistema de transporte público y que surjan estacionamientos exclusivos para los mismos que garanticen seguridad para los propietarios.

La iniciativa para crear 16 kilómetros adicionales de ciclovía, sin duda debe ser celebrada, pero también resulta obligado decir que se trata de una iniciativa tímida en el propósito de alentar una cultura distinta de desplazamiento en la ciudad.