Claudia Sheinbaum: La feminidad presidencial hacia un gobierno inclusivo y humanizante

El mandato ha sido dado.

La ciudadanía mexicana ha votado mayoritariamente por una mujer para que cruce, sobre su pecho, la banda presidencial y tenga así el poder que se le confiere de gobernar para el bien de todos.

Ya ha habido mujeres en presidencias municipales y en gobernaturas de estados. Ahora, después de dos siglos de presidencias masculinas, se estrena este primer régimen, presidido por la intuición, la sensibilidad y la solicitud de una ciudadana con experiencia de regencia metropolitana, con doctorado universitario y trayectoria de participación en movimientos y luchas populares.

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Por encima de partidismos exclusivistas y de ideologías alienantes, puede adoptarse ahora una actitud sin polarizaciones que enfrenten en oposición. Puede propiciarse una actitud de convocatoria sin exclusiones para lograr confluencia, unidad de las diversidades.

Gobernar conservando al progresar y progresando al conservar, suprimiendo etiquetas y adjetivos de descalificación. Cancelar las ópticas que mutilan lo diestro o lo siniestro en una ineficiencia manca en lugar de una sabiduría ambidextra.

Estrenar la verdadera novedad de dar a cada quien según sus necesidades y recibir de cada quien según sus aptitudes. Cambiar la actitud dogmática, polémica o dilemática, que generan conflictos inútiles, con el diálogo y la comprensión que escucha, distingue y aprovecha en lugar de sólo negar y rechazar.

Se abre una gran oportunidad que no merece ser desaprovechada por fijismos regresivos, por resentimientos obsoletos y rigideces paralizantes. Una novedad tan valiosa no puede degradarse poniéndose al servicio de las mismas pugnas de generaciones anteriores. La feminidad presidencial ha de ser humanizante, dignificadora de la persona humana, extirpando conductas pésimas sin atropellar personas.

UNIONES PARA TODA LA VIDA

Mucho divorcio por estos meridianos norteños.

Gente que se casa para descasarse. Se conocen muchas uniones transitorias, que se hacen y se deshacen. No se capta con plena conciencia lo que es una unión nupcial, que es para permanecer mientras dure la vida.

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Las uniones civiles son contratos rescindibles. Sólo la unión sacramental une a los bautizados con un vínculo que sólo la muerte puede terminar.

La situación anómala en que queda la familia después de un divorcio, en que se reparten los hijos o se programan visitas para verlos, causa un ambiente impropio para las ricas experiencias comunitarias familiares.

Sumado al embarazo prematuro, el divorcio impulsa una decadencia de la conyugalidad y causa traumas y carencias para la maduración integral de muchos de los hijos y hermanos que padecerán frustraciones. Es gran desafío la preparación suficiente para que esas alianzas no sean afectadas por improvisaciones evitables.

TÉ CON FE

- ¿Por qué la esperanza es la mejor actitud después de un sufragio y la iniciación de un nuevo sexenio presidencial?

- Porque es un blindaje necesario contra la invasión de pesimismos y alarmas, pronósticos y augurios dirigidos a prefabricar decepciones. Porque sólo la esperanza despierta las mejores actitudes que preparan victorias y logros, resultados y bienestar compartido, con participación de todos...