Coahuila: ‘Echados pa’ delante’ y otras habladas

Sin considerar el salvajismo implícito en cada faena, es justo reconocer que la lidia de toros ha contribuido sobremanera al enriquecimiento del arte y la cultura, particularmente del lenguaje.

Es innegable que, prácticamente todos los días, casi sin darnos cuenta, empleamos expresiones coloquiales extraídas del argot taurino.

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Estamos tan acostumbrados a ellas, que al pronunciarlas se nos olvida la colorida estampa del torero, retando a la muerte en medio de alguna atiborrada plaza, así como el arrojo de los picadores y las desafiantes evoluciones de los banderilleros.

De una vez, “cojamos al toro por los cuernos” y admitamos que no todos los coahuilenses somos “echados pa’ delante”, modismo que más bien responde a una estrategia de marketing político.

Existen coterráneos, como son los casos de algunos empresarios sin compromiso social que, tan pronto “echan la pata pa’ lante”, inmediatamente “dan el quiebro”, argumentando que carecen de condiciones propicias para invertir.

Pero ellos no son los únicos que optan por la comodidad de “ver los toros desde la barrera”; también nos enteramos de servidores públicos que, ante las “embestidas” de nuestras recurrentes crisis económicas, prefieren “echar un capote”, cuando lo que deberían hacer es “entrar al trapo”.

Sea la situación “brava” o “mansa”, hay que alabar a los que, a pesar de que no cuentan con las grandes fortunas que se necesitan para impulsar grandes acciones de beneficio colectivo, son quienes regularmente “están al quite”.

En lugar de salarios justos, son “puyazos” los que este sector recibe. No se me juzgue por esta apreciación, ya que, además de que a muchos les resultan muy evidentes las bajas remuneraciones, yo hablo “a toro pasado”.

“Fuera de cacho” están los funcionarios que se ufanan de promover la generación de numerosos empleos, pues estos no siempre son dignos, ni bien pagados. Con todo y eso, hay que “lanzarse al ruedo”, pues los gastos domésticos no esperan.

Ante las adversidades de la vida y los problemas que están fuera de nuestro control, como la guerra comercial declarada por el presidente Donald Trump, que amenaza la estabilidad de la industria y del empleo en México, no dejemos de “capotear”, con la idea de “tirarnos a matar”, pero con “estoque” de ilusión, para luego “salir por la puerta grande”.

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Espero haya gustado el fastuoso “paseíllo”, realizado al son de “Cielo Andaluz”, seguido de una “porta gayola” y unas cuantas “verónicas”, “manoletinas”, “pases de pecho” y magistrales “molinetes”.

Me dispongo a cerrar con una espléndida “saltillera”, a “montera” quitada, pero sin atreverme a la “estocada final”, eso sí, “echado pa’ delante” hasta el “último tercio”, aunque en Coahuila estén vedadas las corridas de toros, como hasta hoy se les conoce. ¡Bravo por eso!

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