Coahuila: las encuestas políticas hoy en día nos hacen dudar de su veracidad

Opinión
/ 11 julio 2025

Las encuestas sirven para distraer, para confundir, manteniendo a los electores potenciales semiparalizados al tratar de convencerlos de que tal o cual candidato lleva la delantera

En la década de los treinta se difundió una encuesta en Estados Unidos, cuyo resultado estableció que la población simpatizaba con el Partido Republicano y que su candidato a las elecciones presidenciales era más popular que Roosevelt, del Partido Demócrata. Días antes de esas elecciones, otra encuesta de otra compañía dio la victoria a Roosevelt, quien finalmente ganó y fue reelecto cuatro veces.

Algunas encuestas son muy variables, pues estas favorecen al cliente que las ordena y, por lo tanto, las paga. Las encuestas sirven para distraer, para confundir, manteniendo a los electores potenciales semiparalizados al tratar de convencerlos de que tal o cual candidato lleva la delantera.

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Aquí en Coahuila, ¿cómo hemos logrado saber quién o quiénes realmente serán el o los candidatos? Por ventura, desde hace unos años hemos podido decidir a quién elegir como gobernador y a quiénes como alcaldes de nuestro estado, de acuerdo con la voluntad de los electores y no con la del Presidente de la República, como se hacía antes.

En nuestra entidad, esta decisión valiente la enarboló quien fuera el candidato por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) al Gobierno del Estado, Enrique Martínez y Martínez, quien enfrentó al Ejecutivo Federal cuando impuso a Rogelio Montemayor, al privilegiar la amistad, para luego, el propio Martínez, luchar por una auténtica democracia. Martínez y Martínez, conduciendo al Estado, logró ser uno de los mejores gobernadores que hemos tenido en Coahuila, lo que le valió seguir con su carrera como secretario de Estado y luego como embajador de nuestro país en Cuba.

Lo mismo ha sucedido con Manolo Jiménez, cuyo sitio fue empujado por los votantes que vieron en él un activo, conduciéndolo a escalas más altas por el trabajo desarrollado. En este caso, las encuestas lograron acertar, pues su trabajo como alcalde de Saltillo fue la mejor prueba superada que dio luz para situarlo rumbo a Palacio de Gobierno. Y ahí está.

A pesar de que faltan meses para que los partidos políticos escojan a quienes competirán por las presidencias municipales, podemos evaluar circunstancias de algunos candidatos que pudieran pelear por los puestos. De entrada, tomando en cuenta la continuación de la alianza política, el Partido Acción Nacional (PAN) ya no se preocuparía en buscar tiradores, ya que sería difícil encontrar elementos con peso específico para la competición, pues el último alcalde con esa marca la ostentó Isidro López Villarreal −padre político del actual alcalde Javier Díaz−, bisoño de la política aldeana, quien hizo esfuerzos sobrehumanos por entender los enredados caminos de la política y que fue víctima del fuego amigo y de las habladurías que se dieron en los rincones palaciegos, pues siempre hay quien escucha al otro lado de la puerta. Su inexperiencia le hizo tropezar de continuo en la toma de decisiones, lo que le provocó desmembrar su gabinete constituyendo un gobierno endeble, cuyo manejo del timón fue blanco de proyectiles que lo fueron desmoronando junto con su partido.

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Proponer panistas para la contienda por las alcaldías es ilusionarlos y hacerlos que caminen a ciegas hacia un precipicio. Las frutas tienen su tiempo de madurez: unas se logran y benefician, otras se caen por su descomposición.

Volviendo a las encuestas, ¿usted consideraría cierta una que recientemente ha sido publicada y en donde aparece en el primer lugar como el mejor alcalde el señor Román Cepeda, que conduce a la ciudad de Torreón mediante una administración pública fallida y con sendas auditorías encima elaboradas por las auditorías Superior del Estado y de la Federación, con cantidades importantes de dinero que no han sido solventadas? Eso por un lado, y por el otro, su pública y notoria falta de cortesía política y su evidente ignorancia sobre la conducción de las relaciones que deben observarse en esos niveles, que lo ha hecho llevar una empecinada actitud hacia autoridades estatales.

Se lo digo EN SERIO.

Aviso: Esta columna aparecerá nuevamente el 1 de agosto.

franciscoaguirreperales@gmail.com

X: @aguirreperalesf

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