Coahuila: Remembranza de una vinculación educativa
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Nuestra realidad refleja un esfuerzo conjunto que viene rindiendo resultados y, sobre todo, siembra futuro. El Proyecto de la Educación Inclusiva, recién anunciado, incluye a la vinculación como un pilar del desarrollo
Escuché el término “vinculación” corriendo el año de 1998, en el seno de una reunión de Coparmex, en boca del ingeniero Francisco Garza, entonces presidente del organismo. Días después, me percaté de su importancia en el contexto de los contenidos educativos con respecto a las necesidades latentes de la productividad y la sociedad.
Inmersos en un ambiente social en el que el hacer y dar no solamente evolucionan, sino que nos llevan de encuentro, la necesidad de contar con instrumentos novedosos, actualizados, modificados y, sobre todo, adecuados resulta pertinente para que la actividad del ser humano se desarrolle y sea plena.
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En 1974, la entonces Dirección de Educación de Coahuila tuvo la iniciativa de establecer una arcaica herramienta de inmersión del alumnado de educación media básica en el entorno productivo, a través del Programa Escuela-Empresa. Recuerdo la mañana en que mi grupo de 1° “H” (por poco y no nos toca sección) fue conducido por nuestro maestro tutor de visita a las instalaciones de la antigua Harvester. La mirada de asombro de todos frente a la máquina que probaba los motores solamente era comparable con la que había causado el extraño mecanismo que extraía los discos al rojo vivo, el cual nos fue mostrado antes.
La educación continuaba su camino de acuerdo con los cánones tradicionales de las profesiones liberales y las escuetas carreras técnicas. Arribaron, a la par del hoy Tecnológico de Saltillo, la Escuela Secundaria Técnica Industrial que normalmente proveía de alumnado a esa cuna de técnicos especializados que luego el Tec Saltillo perdió para dar paso a las carreras profesionales.
Solamente basta mencionar que la mayoría de las gerencias, superintendencias, jefaturas o supervisiones de Seguridad y Medio Ambiente en las empresas de Coahuila y muchas del norte de la República son ocupadas por hijos de esa institución con la modesta preparación de Técnicos en Seguridad Industrial, lo cual refiere la importancia de la vinculación en nuestros días.
Siguiendo la historia de este concepto, en los años ochenta, a través del Centro Patronal, don Carlos Calderón encabezó un titánico esfuerzo para otorgar a las prácticas profesionales y estadías su verdadero papel de incubadoras de talento, en una estrategia de formación de cuadros para fortalecer el futuro de la administración de las empresas.
Entre 1997 y 1998, en el seno del llamado Comité de oferta-demanda, al que acudíamos los proveedores de GM local, surgió la necesidad de darle forma a un organismo que organizara la indispensable relación entre los contenidos de la oferta educativa y las grandes necesidades del entorno empresarial.
De esa forma y con un convenio entre el Centro Empresarial Coahuila Sureste-GIS y la UAdeC, surgió el Consejo de Vinculación Universidad-Empresa Coahuila Sureste.
A la convocatoria de Paco Garza acudieron la UAdeC, la UANE, el Tec Saltillo, el ITESM y la Universidad Tecnológica de Coahuila (UTC); el esfuerzo fue continuado por Paco Guzmán, quien imprimió dinamismo a los comités de valores y de desarrollo de perfil académico; posteriormente Jorge Verástegui incluyó en el contexto la organización de foros temáticos, seminarios de valores y la inmersión de alumnos en proyectos productivos.
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A veinticinco años de distancia de su formal establecimiento, el Consejo ha reflejado resultados de eficiencia: la colocación de miles de estudiantes entre empresas socias; múltiples foros temáticos; la revista 180 grados con un tiraje de 150 mil ejemplares; 17 premios de Vinculación; alumnos becados que cursan estudios de posgrado; varios proyectos de innovación tecnológica y más de 500 maestros asistentes a visitas a empresas.
Su modelo ha sido considerado muestra nacional y práctica de avanzada por parte de las autoridades vinculadas (STPS y SEP), pero sobre todo debido al impulso de los empresarios y sus necesidades y modelos.
Nuestra realidad refleja un esfuerzo conjunto que viene rindiendo resultados y, sobre todo, siembra futuro. El Proyecto de la Educación Inclusiva, recién anunciado, incluye a la vinculación como un pilar del desarrollo en el que –pian pianito– nuestro estado resulta pionero. Enhorabuena.