Concierto y desconcierto

Opinión
/ 24 abril 2022

Me preocupa que los integrantes de los Comités Ciudadanos de Pueblos Mágicos seamos reconocidos, más allá de protocolos, por todos los grupos de interés en el campo del turismo

Ayer estuve en un recinto icónico en Barcelona, España: la Basílica de la Sagrada Familia. Con 100 años ininterrumpidos de trabajos de construcción, las torres superiores de este edificio religioso pareciera que tocan el cielo. En su cripta escuchamos a la Camerata de Barcelona. Un numeroso grupo de mexicanos, antes de que diera inicio, hizo fila para entrar al recinto bajo el frío y una llovizna pertinaz. Fue un concierto que se ofreció en el marco del Tianguis Internacional de Pueblos Mágicos. Hubo gente de la clase política mexicana y española. Después de la lectura de sus nombres, un sacerdote de alta investidura aseguró que la belleza del edificio iba a ser puente para disfrutar del concierto centrado en música de órgano, arte para la paz −subraya el clérigo− con acento español.

Por la mañana, ofrecí una conferencia sobre los Pueblos Mágicos y el bien común. Afuera del recinto del Tianguis se hicieron notar mujeres que protestaban por la muerte de una joven en Nuevo León. El caso Debanhi Escobar, inmolada cruelmente a sus 18 años. El dolor por su muerte llegó hasta Europa. Pero la vida sigue, y mientras la Camerata interpretaba “Huapango de Moncayo” recordé el esfuerzo que hicieron 18 estados de la República Mexicana trayendo a clientes potenciales de 15 países, la oferta maravillosa del patrimonio de sus pueblos mágicos. Montaje espléndido por parte de los expositores
que dio lugar al primer paso para globalizar un programa de turismo a través de las características excepcionales de 132 lugares situados en todos los puntos cardinales del territorio mexicano.

Aquí en España brilló hace sesenta años, por el poder de su danza, la gran Magda Briones, portentosa bailarina lagunera que en el inicio de la década de los años cincuenta del siglo 20 profesionalizó sus técnicas de flamenco en Madrid y Sevilla. Precisamente se diseñó una presea de plata con su nombre para reconocer a los Pueblos Mágicos con los más altos estándares de conservación de su patrimonio integral (natural y cultural). Luego en la cripta conmovió la voz de una mezzosoprano michoacana interpretando el “Ave María” de Giulio Caccini. En ese momento elevé una oración por las mujeres que han sido privadas de la vida de manera violenta. Si Magda Briones hubiera conocido de estos crímenes haría declaraciones sobre la injusticia que
se yergue sobre seres vulnerables como Debanhi. Aunque en su condición de ambientalista, la maestra Briones se hubiera reunido el pasado 22 de abril para celebrar el Día de la Tierra con los integrantes de la Fundación Jimulco.

Un tenor también originario de Michoacán interpretó “O Sole Mio”, le siguió una magistral interpretación de “O Mio Babbino Caro” por una voz magnífica de la mezzosoprano Dayra Ruiz: “Así se canta en México”, grité con emoción entre los bravos incesantes de la concurrencia. Somos los promotores de los bienes culturales y naturales de México los que nos deleitamos con la magia de la música y del bello canto. Luego escuchamos “Granada” del inmortal Agustín Lara. Una de las ciudades favoritas de Magda Briones.

Hombres y mujeres nos conmovimos ante la experiencia. En lo personal, conociendo la calidad de los mexicanos que sabemos amar nuestra tierra, me preocupa que los integrantes de los Comités Ciudadanos de Pueblos Mágicos seamos reconocidos, más allá de los protocolos, por todos los grupos de interés en el campo del turismo.
Somos actores sociales imprescindibles para los avances que se han ido logrando en un poco más de veinte años. Nos preocupa la inseguridad rampante;
la ausencia de un mal manejo integral de los residuos sólidos; el deterioro de los ecosistemas y la ausencia de conocimiento sobre los temas de educación ambiental.

Magda Briones fue la primera bailarina de importancia de danzas españolas en el siglo 20, también la primera directora de la Casa de la Cultura de Torreón, en 1973, y la primera catedrática de ecología en la Universidad Autónoma de Coahuila campus Laguna en el año 1975. Dramaturga, pintora y actriz era ante todo una promotora de la conservación medio ambiental
y de las expresiones de la cultura. Ahora se asociará su nombre al de los Pueblos Mágicos que demuestren que es posible mejorar sus estándares ambientales y culturales. El concierto terminó. Pero el compromiso de muchos inicia porque el planeta y la humanidad necesitan de nuestro amor, como el que le tuvo doña Magdalena Briones, quien a los 85 años representó a la Madre Tierra para una
campaña de conservación del Cañón y Sierra de Jimulco. ¡Todos somos uno!

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