Contemplaciones sin ton ni son sobre la independencia ficticia y la madurez que implica la flexibilidad en el comportamiento a mi favor
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Dependencia, interdependencia, independencia. La independencia es un valor individual, social, y político, y sin embargo no es un valor que se da en una totalidad. Se parece un tanto a la libertad en que está condicionado por otros factores. La libertad se trata del derecho y facultad de tomar decisiones propias de manera responsable, lo cual deja fuera la idea de “hacer lo que me da la chingada gana”. De igual manera, la independencia no es poder hacer todo por mi cuenta y sin ayuda de nadie, sino de poder procurar lo que necesito usando las gestiones que están a mi alcance. Esas gestiones implican la convivencia con otros directa o indirectamente. Acabo de almorzar y sin la participación de granjeros, agricultores, y hasta gallinas no habría podido hacer tal cosa. Agregaría la compañía de gas, la industria que ha fabricado sartenes, otros artículos, y tantos factores. No tengo la opción de aclamarme totalmente independiente.
Ciertamente existen personas que viven en el campo y se alimentan de lo que siembran y crían. Para nuestro estilo de vida, que se antoja a veces acercarse a este tipo, faltarían las cosas prácticas que necesitaríamos en adición a lo que alcanzamos elaborar por mano propia. Nuestra vida, mi vida, está entretejida con las vidas de tantísimos individuos y grupos. Aún cuando digo que no me importa lo que otros piensan de mí y de mi vida, no es verdad. El hecho de tenerlo que declarar siquiera indica todo lo contrario. Claro que me importa, lo cual no significa que cambiaré para dar gusto, conste. Significa que tiene influencia sobre la manera en que me relacionaré con algunas personas. Ojo, que lo que piensa una persona de mí puede afectar la manera en que se me trata en ciertas circunstancias y lugares. Eso no significa que buscaré agradar, pero que, tal vez, aprenderé a manejarme un tanto ecológicamente a mi favor, lo cual no coarta la libertad, sino que madura la opción de mi comportamiento y no altera mi ser.
¿Preguntas? Yo sí tengo montones.