Coperes, debates que enriquecen

Opinión
/ 24 mayo 2023
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Recientemente tuve el gusto de conocer, debatir, contrastar ideas y por momentos discutir con José Ruiz Fernández, director operativo de Coperes. Para más información sobre este organismo ciudadano pueden consultar la página de internet www.imaginemoscs.org.

Fue un diálogo franco, directo y respetuoso por ambas partes y sin intermediarios. Se dio a consecuencias de lo que publiqué en este mismo espacio el pasado miércoles 10 de mayo, bajo el título “Capitalismo a la mexicana II: Más concreto, menos áreas verdes”, en ese texto hago alusión a una nota periodística de Ernesto Acosta titulada: Desaprovechan la cuarta parte de la zona urbana, publicada en VANGUARDIA el 29 de abril.

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En lo personal, aprecio a quienes gustan discutir las ideas que comparto semana a semana, estemos o no de acuerdo. Considero importante que la discusión sea respetuosa y constructiva, con ánimo de llegar a la verdad o abonar, en la medida de lo posible, a la construcción del bien común. Los pleitos estériles o los señalamientos apasionados, viscerales y no razonados no sirven a nadie, mucho menos a la sociedad.

En este diálogo, José me explicó las actividades de Coperes. Me aclaró y reclamó algunas de mis afirmaciones, tanto las que se pudieran entender como alusivas a Coperes, como a él en lo personal. También me explicó el origen y motivación de la propuesta que hizo y amplió o aclaró los conceptos plasmados en la nota del 29 de abril. Creo que la aclaración más importante fue la relativa al concepto “Construcción”, definido como “acción o efecto de construir” (RAE), es una actividad que no se limita a la generación de infraestructura gris. Las plazas, los parques, los espacios públicos de convivencia, el equipamiento urbano, también son resultados de procesos constructivos. Cuando se propone “incentivar la construcción en terrenos baldíos” se considera la construcción de todo aquello que se requiere para consolidar un polígono urbano.

De igual forma me hizo ver que no estaba de acuerdo en lo que se podría entender como señalamientos personales en su contra o hacer ver que Coperes está al servicio de los especuladores o desarrolladores inmobiliarios a los que yo señalo con toda firmeza. Me invitó a ver los estudios que han hecho y me aseguró que los objetivos de la asociación son enteramente acotados a su objeto como organización de la sociedad civil y que en el Consejo de Coperes no iba a encontrar ese tipo de personajes, que yo llamo especuladores y corruptos.

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Por supuesto que mis señalamientos no tenían el propósito de criticar a una persona en lo individual y, si así se entendió, lo aclaro. José Ruiz es un experto en la materia y su exposición o aclaración fue impecable. Mucho menos quisiera criticar iniciativas sociales y ciudadanas. Creo firmemente que debemos apostar por tanta sociedad como sea posible y solamente por el gobierno que sea necesario.

Por lo demás, de los integrantes del Consejo de Coperes, baste decir que mientras escribía nunca pensé en personas concretas, mi indignación proviene de otro frente. Criticar a sus consejeros no fue el objetivo de mi escrito, ni mucho menos, a la mayoría ni los conozco. A toro pasado, sólo haría votos para que incluyan en sus mesas de discusión, al pueblo olvidado, a los sectores vulnerables, a los afectados por las decisiones del gobierno. Las decisiones cupulares suelen quedarse cortas. Si ya lo hacen, los felicito. Ambos buscan lo mismo, el bien común.

En ese mismo orden de ideas reiteré a José, y reitero a mis lectores, que en el estado de Coahuila impera una corrupción inmobiliaria de grandes proporciones. Tanto el Gobierno estatal, como los municipales y los especuladores inmobiliarios son cómplices en una añeja y vasta maquinación en beneficio propio y en detrimento de la sociedad entera. Estos delincuentes de cuello blanco, en su desmedida ambición, se llevan de encuentro no sólo el medio ambiente, sino la calidad de vida de los coahuilenses del hoy y del mañana, y ponen en gravísimo riesgo la sustentabilidad de toda la región.

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Aclarar lo aclarado en los párrafos anteriores, corre en paralelo con la gran indignación que, como ciudadano, me provoca esta corrupción. En nuestras ciudades reina el gris del concreto y el asfalto. Reina el automóvil y las catedrales del consumo. No hay espacios de convivencia, lo que los gobiernos llaman parques, están para dar vergüenza. Poco importa el bienestar integral y el esparcimiento familiar.

Coincidí con José en que una buena planeación urbana es aquella que pone el bienestar integral de la persona en el centro de su planeación como política pública. Una que tenga como objetivo abonar a la atención de los principales problemas de las sociedades modernas, tanto ambientales como sociales, incluidos la drogadicción y los suicidios.

Celebro la discusión que construye, reafirmo mi indignación en torno a la imperante corrupción y, sin empacho alguno, aclaro lo que requiera aclaración.

@chuyramirezr

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