Crisis migratoria: ¿quién se beneficia con ella?
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Como se ha comentado en innumerables ocasiones y en todo los tonos posibles, el fenómeno de la migración, una de las consecuencias visibles de la desigualdad que padecen millones de personas al sur de la frontera entre México y Estados Unidos, no está siendo atendido de forma adecuada.
Más allá del respeto al orden legal y a los acuerdos bilaterales entre nuestro país y los vecinos del norte, lo más grave es que las consecuencias están siendo pagadas por los migrantes, quienes invierten miles de dólares en la búsqueda del “sueño americano” sólo para ver frustradas sus aspiraciones y agravada su precariedad económica.
Porque al menos buena parte de quienes emprenden el viaje desde el sur para intentar cruzar la frontera con los Estados Unidos lo hacen invirtiendo en ello sus escasos ahorros o endeudándose para financiar una empresa que, de tener éxito, les compensará sobradamente.
¿Y por qué necesita dinero un migrante antes de lanzarse a la aventura? Porque el tránsito por el territorio mexicano y la “ayuda” que se requiere para cruzar el Río y luego internarse en territorio estadounidense no es gratis, sino que se maneja como un gigantesco negocio que es operado por las organizaciones criminales que controlan el paso fronterizo.
De acuerdo con datos que hemos publicado en VANGUARDIA, cada migrante paga entre tres y diez mil dólares por los “servicios” de quienes le ayudan a cruzar la frontera. Esa cantidad, multiplicada por los cientos de miles de migrantes que cada año llegan a los estados fronterizos, deja claro que se trata de un negocio multimillonario.
Pero con el endurecimiento de las medidas antiinmigrantes en Estados Unidos, particularmente en Texas, cuyo Gobierno ha forzado a los estados fronterizos mexicanos a firmar acuerdos para detener la migración ilegal, la aventura de los migrantes centroamericanos que están llegando a nuestro territorio incrementa sus posibilidades de fracaso.
Anoche mismo, el Gobierno Municipal de Acuña informó de la implementación de un operativo mediante el cual los autobuses en los cuales se han movilizado los primeros contingentes de la caravana migrante que ingresó la semana pasada a México, están siendo devueltos sin permitirles siquiera llegar a la zona urbana de dicho municipio.
Mientras eso ocurre, ¿quiénes son los únicos que ganan con la ambigüedad que el Estado Mexicano trata a los migrantes? La respuesta es simple: las bandas del crimen organizado.
El Gobierno de la República deja pasar a los migrantes y les entrega permisos para permanecer en México; entonces los migrantes viajan a la frontera y acá, las autoridades locales montan un operativo para devolverlos.
Un negocio redondo para la delincuencia que, de manera incomprensible, está siendo fomentado por el propio Gobierno de México. Sería tiempo de ponerle un alto a este monumental absurdo.