Donald Trump: amenazas cumplidas

Error de cálculo. La 4T no supo leer a Trump; consideró que sus amenazas obedecían a frases de campaña y que al tomar posesión se moderaría, sin embargo, de inmediato firmó dos órdenes ejecutivas relacionadas con México: la deportación masiva, hay que ver qué intensidad adquiere, y la declaración de los cárteles como organizaciones terroristas, dejando para dentro de unos días el tema de los aranceles.

Ante estas decisiones unilaterales, el gobierno federal nada pudo hacer, debido a que subestimó a Trump, y no previó lo que venía, dejando prácticamente a la Comisión Mexicana de Atención a los Refugiados, la Comar, sin presupuesto, pues ante la magnitud del problema no son nada 48 millones de pesos.

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La deportación masiva es complicada, pues requiere de tiempo y mucho dinero para llevarse a cabo, pero el problema es que al cerrar Estados Unidos su frontera, dejando varadas a miles de personas en los estados del norte, y al continuar las caravanas desde nuestra frontera sur, se está creando una situación de gran complejidad. A eso hay que añadir la intención del gobierno estadounidense de retener en nuestro país a los deportados, incluyendo a los extranjeros, cuyos países de origen se niegan a recibirlos, como es el caso de Venezuela.

De acuerdo a Carlos Loret de Mola, el gobierno federal estima que en los próximos seis meses serían deportadas alrededor de medio millón de personas, de todas las nacionalidades, a los que se suman alrededor de 300 mil migrantes en tránsito en nuestro territorio o varados en las fronteras norte y sur, lo que arroja un total de 800 mil. Hay además un factor preocupante, y es que entre los deportados vienen criminales.

Lo que ha trascendido es que el gobierno federal trasladará a nuestros compatriotas deportados en autobuses a sus lugares de origen, y a los extranjeros a la Ciudad de México con escala en alguna ciudad del sur y de ahí a sus países. Pero, ¿quién pagará esos traslados, si es que llegan a darse? Por ahora, Estados Unidos está utilizando aeronaves del Ejército para la deportación.

Tal vez Trump no podrá deportar tanta gente como quisiera, pero sí puede hacerlo en medio de gran publicidad, para quedar bien con sus simpatizantes. Por lo que respecta a Coahuila, el gobierno estatal cuenta con tres centros de atención en las ciudades de Nueva Rosita, Allende y Monclova, con capacidad para 5 mil migrantes. ¿Será suficiente ante un evento de gran calado?

Sobre el tema de los aranceles, que pudiesen entrar en vigor en unos días, a menos que nuestro gobierno muestre resultados, sellando nuestra frontera sur y frenando el trasiego de fentanilo, habría que ver si estos serán del 25 u otro porcentaje, y si la medida tendría alcance general o para ciertos productos. Bajo el marco del T-MEC, nosotros podemos responder con la misma medida.

En caso de que así fuera, hay que hacerlo en forma inteligente, tomando en cuenta la diferencia en el tamaño de las dos economías, pues la de nuestro vecino es 20 veces mayor a la nuestra, por ello, una estrategia podría ser que México aplicara impuestos a las exportaciones de Estados Unidos en ciertos bienes, por ejemplo, en los artículos de lujo, y no hacerlo en productos como los bienes intermedios y de capital, así como en el maíz amarillo, ya que los primeros son indispensables para la producción en bienes que luego exportamos, mientras que el maíz es un insumo básico para la alimentación del ganado -cuya carne exportamos-, y en numerosas cadenas de la industria alimentaria.

La entrada en vigor de los aranceles tendrá efectos negativos para la Región Sureste de Coahuila, ya que alrededor del 86 por ciento de nuestras exportaciones -principalmente en el sector automotriz- tiene como destino los Estados Unidos, y la cancelación de algunas inversiones. De concretarse la deportación masiva, ¿qué pasaría en Piedras Negras y en Ciudad Acuña?

¿Cómo debe responder México? Pienso que hay que negociar en vez de confrontar; más vale un mal arreglo que un buen pleito.