Dos personajes célebres del viejo barrio saltillense del Ojo de Agua (2)
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Continuamos con esos dos inolvidables personajes del antiguo barrio saltillense del Ojo de Agua, hoy denominado Barrio Mágico de Saltillo: Cecilia Rodríguez Melo y Pancho “la Gallina”.
Cecilia fue maestra de preescolar y también una gran promotora cultural formada en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL). Además de la gran labor realizada en el jardín de niños Alberto del Canto y otros jardines, le tocó ser fundadora del Centro Cultural y de Bellas Artes Santa Anita y lo dirigió durante 35 años. Ubicado en el fraccionamiento Santa Anita, en la antigua casona de principios del siglo pasado de la granja Santa Anita, propiedad de don Vicente Ferrara Ferriño y su familia, y posteriormente residencia de don Tomás Berlanga. Con Cecilia, el Centro Cultural atendía mensualmente a más de 300 alumnos en clases de pintura, música, danza y teatro, y cada primavera florecía en los arcos y el corredor del portal la enorme enredadera de glicinia traída desde Italia. Nacida en General Cepeda, Cecilia se hizo saltillense por adopción y formó una familia con su esposo, el pintor y escultor César Ledesma, y sus hijos César, Paloma y Carlos.
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Hablar del Ojo de Agua y la danza de Matachines del barrio es hablar de don Pancho “la Gallina”. Don Francisco Gámez Cardona fue una especie de patriarca y bienhechor del barrio del Ojo de Agua. Originario de la localidad de Landeros, en el municipio de Ramos Arizpe, vivió desde muy chico en el barrio del Ojo de Agua en Saltillo, donde se familiarizó con el ritual de los danzantes tlaxcaltecas. El antiguo mantenedor de la danza se la heredó y dirigió el grupo de matachines por más de 50 años. Contaban entonces que su apodo surgió durante un pleito entre pandillas de muchachos que defendían su barrio de las incursiones de otros grupos externos y durante uno de esos pleitos, donde se enfrentaban los del Ojo de Agua con los del Águila de Oro, Francisco vio muy dura la situación y mejor corrió. A partir de entonces fue para siempre Pancho la Gallina.
Don Pancho casó con doña Jesusita Alvarado Mata y ella también se involucró en la danza con la confección del atuendo que portan los matachines. Don Pancho murió en 1987. Juntos, don Pancho y doña Jesusita heredaron la tradición a uno de sus 14 hijos, José de Jesús, quien se especializó en la confección del traje y en la enseñanza de los giros, danzas y música, con todos sus significados y simbolismos tradicionales al grupo de danzantes, ejecutando la danza él mismo sólo en ocasiones especiales para cuidar y mantener la tradición heredada de su padre. Uno de sus hermanos también heredó de don Francisco el don de la danza. José de Jesús Gámez Alvarado llegó a especializarse tanto en la confección de los peculiares y hermosos trajes y penachos, que llegó a venderlos o rentarlos en Saltillo y sus alrededores y otras ciudades como Parras, Nuevo Laredo y fuera de México.
Antiguamente, cuando eran solamente unos cuantos los grupos de danzantes, el gobierno podía darles apoyo para mantenerse. Ahora que son tantos los grupos, como lo muestra la “Matlachinada”, que así la llaman, los mantenedores de la danza heredada de los tlaxcaltecas buscan el apoyo de los saltillenses. Cada año pasan a algunas casas conocidas solicitando el apoyo.
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Eran los años sesenta y setenta, tiempos en que se formaron las agrupaciones de trabajadores en las diferentes confederaciones federales y regionales, tiempos también en que los vendedores caminaban las plazas y calles de Saltillo ofreciendo sus mercancías, entre ellos, los vendedores de aves con las jaulas a las espaldas, llenas de hermosos canarios, petirrojos, pericos y otras especies. Don Pancho “la Gallina” y su hermano apodado “el Pirata”, fundaron un grupo de trabajadores que denominaron “Unión de captores de aves canoras y similares”, donde reunieron a mucha gente de variados oficios y, seguramente, ahí estaba registrada la profesora Cecilia Rodríguez Melo.
Inolvidables personajes del Barrio Mágico del Ojo de Agua de Saltillo. Merecen ser recordados siempre.