El Canal de Panamá se seca: la oportunidad desaprovechada por México

Opinión
/ 23 febrero 2024

Se dio a conocer en semanas anteriores que el canal de Panamá se encuentra seco, a tal nivel que se han tenido que desviar dos ríos para poder llenarlo y utilizarlo con grandes restricciones. Esto se debe, dicen los expertos, al cambio climático que ha ocasionado una disminución de las lluvias en los afluentes del canal, pero sobre todo, en el agua que llega a las esclusas por lo que los barcos tienen que pasar con un promedio de 30% menos carga para que su quilla no se atore en el fondo.

Hay preocupación en el mundo por esta situación porque de seguir así el clima y siga la sequía, en 6 o 7 años serán menos del 20% actual, los barcos los que puedan pasar por allí. El canal es un excelente negocio, pues cada carguero que lo cruza paga como mínimo 200 mil y hasta 2 millones de dólares dependiendo del tonelaje. The logisticswold, una de las empresas de logística más importantes del mundo argumenta que pasan un promedio de 31 barcos por día por esa parte del mundo, lo que resulta clave para el comercio internacional.

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La situación es tan grave que en septiembre del año pasado, la época más fuerte del estiaje, estuvieron varados 108 buques por más de 14 días. Tomando en cuenta todo lo anterior, el corredor transístmico se vuelve el mejor proyecto que podría haber hecho la 4T y que le daría a México la capacidad de posicionarse en un nivel de desarrollo ni siquiera pensado. Por eso nos preguntamos, por qué siendo el proyecto con más impacto económico visible, se ha dejado hasta el último.

De entre todos los megaproyectos de este sexenio; el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto Felipe Ángeles y el corredor transístmico, es este último el que podría haber hecho una diferencia importante en la procuración de recursos económicos para el México. El crear una vía que una el golfo de México y el océano pacífico, ha sido siempre uno de los grandes “sueños” de este país porque competiríamos con Panamá por la logística mundial. Sin embargo, ahora seríamos la alternativa más viable porque el cambio climático nos está “ayudando”. El 6% del comercio del mundo pasa por el canal, y si México se pone a trabajar, al menos el 2% del comercio del orbe podría estar dándonos muy buenas ganancias.

Al día de hoy, el proyecto de Istmo lleva un 79% de avance en lo que se refiere a la disponibilidad y actualización de las vías de tren. Ya hay concedidos 12 permisos para parques industriales en toda la ruta. La remodelación del puerto de Coatzacoalcos va a un 70% de avance y en Salina Cruz, ya están los trabajos casi completos. Se espera que para agosto de este año esté el proyecto a un 90%, pero no se sabe si será operativo, porque habrá tramos que no se hayan completado por cuestiones presupuestales, que es lo que está deteniendo el progreso de este proyecto. Si se hubieran dado más recursos a esta obra desde el principio de la administración, se hubieran pagado todos los demás con el dinero ganado sólo aquí en el movimiento de mercancías. Utilizar el corredor del Istmo ahorra 13 días en el movimiento de la carga entre la costa este y oeste de Estados Unidos, y ahora con el canal seco, este tiempo puede duplicarse por lo que le urge a México terminarlo rápidamente para quedarse con ese mercado.

Si antes de que termine el año, el corredor queda operativo, podríamos esperar un cierre de sexenio con altas perspectivas de crecimiento económico y hasta aspirar a un 3%, que hoy parece lejano. Además, estratégicamente México pasaría a convertirse en un protagonista del comercio mundial y podría darse una integración real de productos mexicanos en las cadenas de producción de otros países. El nearshoring tendría un aliciente más poderoso para darse, pues bajo esta nueva condición, los parques industriales del corredor serían lugares ideales para hacer procesos intermedios o terminales que tendrían como mercado final ambas costas de Estados Unidos y la zona pacífico de China.

A diferencia del canal de Panamá, el corredor tiene parques industriales que darán la oportunidad a las empresas de llevar a cabo procesos de manufactura y utilizar los trenes como medios transportadores entre estaciones de producción, incrementando la productividad pues será una zona donde a medida que se transporten las materias primas, estas se irán transformando en productos terminados para el mercado, lo que reducirá precios para el consumidor final y reducirá la pesadilla logística que hoy representa el canal. Como ejemplo, hace dos semanas se subastaron lugares para pasar por allí sin esperar en 2.4 millones de dólares, porque hasta eso, no todos pueden cruzarlo en este momento por el peso, quedando mercancía y productos varados sin saber cuándo podrán llegar. México dará una solución inmediata a esta problemática si nos apuramos a terminar este proyecto que nunca ha sido más oportuno que en este momento.

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Con todo lo anterior, se abre una oportunidad de oro para que México sea protagonista del comercio mundial, no solo entre los países del continente. También hay que pensar en todos los nuevos trabajos que estarán disponibles y relacionados a empresas internacionales; las oportunidades de proveeduría también estarán disponibles y será cuestión de que las empresas nacionales se integren a esos procesos teniendo buena calidad y desde luego, una logística adecuada porque pensando en llevar productos desde el norte del país a esa región, probablemente podríamos generar otra pesadilla logística, para la cual no estamos preparados para despertar con toda la violencia que se da en las carreteras de México.

Mientras el canal de Panamá se seca, México se empieza a inundar de oportunidades, así parece hasta ahora, aunque algunas veces llegan los políticos a “sacar el agua”, y nosotros también nos quedamos secos. Eso dicen los otros datos.

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