El Castor en Hacienda: Edgar Amador y el reto de contener la crisis

Opinión
/ 10 marzo 2025

Amador no la tiene fácil, pero tampoco imposible... su antecesor fue una decepción, que con cualquier gesto arrojado puede ganarse la credibilidad de los inversionistas

Los castores son conocidos por su destreza para construir diques en medio de corrientes de agua. Echan mano de lo que tienen: dientes filosos con los que derriban árboles que al quedar atravesados, frenan inundaciones y detienen el paso de basura.

Al nuevo secretario de Hacienda de México, Edgar Amador Zamora, le apodan desde hace años “El castor”. Y le va a tocar exactamente hacer eso: contener la inundación económica que viene por la llegada de Trump y contener la basura de Pemex. Esos son sus dos principales retos. No la tiene fácil pero tampoco imposible. Hay dos cosas que operan en su favor:

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La primera es que su antecesor fue una decepción. Rogelio Ramírez de la O llegó al gabinete de López Obrador con buenas credenciales internacionales y en vez de usar su estatura financiera para contener los caprichos del presidente, se volvió lo que en Wall Street denominan un “yes man”, un hombre incapaz de decirle que no a su jefe. Y justo lo que más valoran los mercados en un secretario de Hacienda es que tenga la capacidad de decirle que no a los apetitos de quien ocupe la Presidencia.

Por consentirle todo a AMLO, Rogelio Ramírez de la O entrega una economía peor de la que recibió: encaminada a la recesión, con una deuda en su máximo histórico tras haber avalado un déficit presupuestal de 6 billones nada más el último año y sin haber resuelto en nada el grave problema de Pemex (ya hasta la producción petrolera está cayendo). Ramírez de la O dejó la bandera tan baja que Edgar Amador, con cualquier gesto arrojado, puede ganarse la credibilidad de los inversionistas. No lo conocen. Tiene espacio para darse a conocer.

Y aquí viene la segunda cosa que opera en su favor. Paradójicamente, la llegada de Donald Trump ha estrechado los márgenes de maniobra para el gobierno mexicano. Ya no pueden andarse con medidas demagógicas. Si quieren más inversión van a tener que flexibilizar la entrada de capital privado al sector energético. Si quieren que se deje de castigar financieramente a México, van a tener que intervenir en Pemex y revertir su deterioro. Para tareas como esta, el nuevo secretario de Hacienda cuenta con el apoyo de las dos mujeres a quienes se identifica como quienes lo impulsaron al cargo (milagro: Amador no es una ficha de AMLO): la gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja, y la secretaria de Energía y figura de todas las confianzas de la presidenta Sheinbaum, Luz Elena González, quien además se sabe que ha librado una batalla interna para hacer a este gobierno más amigable a la inversión. La amenaza Trump le da argumentos.

SACIAMORBOS

Paradojas del perdón en la era de la “Cuarta Transformación”: el nuevo secretario de Hacienda de la presidenta Sheinbaum fue inhabilitado tres meses para ocupar cargos públicos, acusado de corrupción... por el gobierno de Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México. En ese entonces, era adversario porque había trabajado como secretario de Finanzas en la administración de Miguel Ángel Mancera, que había roto con el “movimiento”.

Su “purificación” se dio el sexenio pasado en el Banco de México de Victoria Rodríguez Ceja. Se acordaron que era un hombre de adentro, que en momentos críticos había sabido cómo ayudar y había sido leal. Así que en esta administración lo venían preparando desde hace meses para ocupar el puesto, porque se sabía que la permanencia de Ramírez de la O en Hacienda era temporal. Lo que no se sabía era lo de Trump. La atmósfera para la llegada del nuevo secretario de Hacienda no podría ser peor. Aterriza en medio del huracán. A ver cómo sortea los vendavales.

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